Después de la actuación del cuarteto de su ciudad, Yesterday C.P.
La Salle de la Mar (creo que era así como se llamaba), le hicieron a
usted una entrevista por la radio y se mostró muy satisfecho y dio a
entender que le había gustado todo lo que habían hecho sobre el
escenario, sin el menor asomo de crítica. Quizá usted sea de los que
creen que en Carnaval vale todo, cosa que yo comparto con usted; pero
yo aplico un matiz: el viernes treinta de enero, en ningún lugar del
mundo era Carnaval; y en Cádiz lo que había era un concurso en el que
se enfrentan letras de agrupaciones de Carnaval, nada más; es decir,
que si usted se sintiera herido por una letra injuriosa contra usted o
su familia, tendría derecho a denunciar y seguramente lo haría.
El cuarteto que tanto le gustó a usted hizo un chiste muy
desafortunado sobre los inmigrantes rumanos; y a usted, por lo que
escuché, no le pareció mal; pero el colmo del despropósito fue el trozo
de parodia en la que los desgraciados del cuarteto cuentan, con
pretendida gracia, que uno de ellos le dio un bofetón a una prostituta
para que llorara; porque «Quien no llora no mama». Que las mujeres que
asisten al Teatro y las ninfas se rían, nunca me va a extrañar; ya
estoy acostumbrado a que sean ellas las que más premien el machismo.
Pero a usted le presuponía un poquito de más seso; creí que usted iba a
recordar que 60 ó 70 mujeres muertas al año a manos de los hombres, es
algo muy serio como para gastar bromas pesadas.
Es una lacra peor que el terrorismo, pero claro, un etarra es una
amenaza para usted, por eso no se gastan bromas con eso; y aunque ETA
no haya matado a 60 ó 70 personas el año pasado, a usted le parece que
son más peligrosos; usted no es mujer. Por eso los políticos llevan
guardaespaldas y las mujeres no consiguen, a veces, ni una orden de
alejamiento.
Ahora, eso sí, en un momento determinado de la entrevista, soltó
usted la famosa fórmula y dijo, sin empacho, eso de «los ciudadanos y
ciudadanas», para que todo el mundo se entere de que está usted por la
igualdad. Algo que a mí me pareció una cosa preciosa y comprendí que
las mujeres de Medina son felices porque están protegidas y bien
tratadas. Un saludo.