Ensayo general aprobado con sobresaliente

La Ostionada y la Erizada llenaron las calles en una de sus ediciones más concurridas; El tiempo acompañó al preludio oficial del Carnaval con un ambiente joven y familiar

Por  13:49 h.

 

Equipo de supervivencia básica del buen gadita y mejor carnavalero: un pequeño vasito para el líquido elemento que pueda caer, un buen bocadillo y, sobre todo, muchas ganas de pasarlo bien. A partir de ahí, el kit se puede ampliar lo que se desee -lote de botellón o o una buena fiambrera de huevas ‘aliñás’ son ejemplos que se vieron ayer- siempre y cuando no se prescinda del cachondeo. Los cientos de gaditanos que llenaron ayer las calles tuvieron clara la premisa y se dejaron influenciar por las variables que se conjuraron ayer: día de más claros que nubes, frío moderado, preludio de un mes nuevo (con la consiguiente alegría de las cuentas corrientes) y el recuerdo del Carnaval lluvioso pasado. Ingredientes más que suficientes para empujar masivamente a los gaditanos a las calles en la Erizada y Ostionada celebradas ayer. Un ensayo general de la fiesta que se vivirá en marzo que demostró que este año hay ganas de Carnaval.

Los gaditanos no fueron los únicos que se animaron a la diversión. Desde el mediodía, la Policía Local tuvo que emplearse a fondo para controlar el denso tráfico que llegaba hasta las Puertas de Tierra. Luego, cualquier hueco era válido para deshacerse del coche y disfrutar de la calle. Proezas automovilísticas que experimentó el grupo de amigos de Isa del Valle. Un equipo de lo más variopinto en lo que a origen se refiere: un sevillano, un canario, tres ubetenses y un cordobés. Y todos empujados por Del Valle, «carnavalera y ganadora del primer premio de comparsas en Úbeda», como ella misma se definía. «Es la primera vez que venimos ya que hemos aprovechado que todos estamos trabajando en Sevilla para animarnos a acercarnos a Cádiz», explicaba la ubetense con un plato de ostiones en la mano.

De su bautismo en el Carnaval gaditano se llevaron tan buena experiencia que prometieron repetir en marzo. «La verdad es que nos hemos encontrado un ambiente muy bueno», explicaba la joven. Una sensación que ayer compartieron la mayor parte de los asistentes. Jóvenes pertrechados de avituallamiento y familias al completo dominaban un paisaje de calles y plazas repletas. De hecho, la Peña El Molino no tubo que esperar mucho a ver la plaza de San Antonio llena.

Acordes de ambiente

Cuando el coro La caja de los sueños comenzó a tocar los primeros acordes de bandurria, los claros en la plaza ya eran una especie en extinción. Luego llegaron los coros El asedio, Cádiz de cine, Cuadernos de abordo, Chicago Club, Para ti ccon cariño, Napoleona, Asante Sana o Los mon amour. En total, nueve para sumar «la segunda vez con más coros de los 25 años de Ostionada», explicó ayer orgulloso el presidente de El Molino, Antonio Pérez. Entre actuación y actuación, la entidad premió con El Molino de oro al coro del Lama, a Securitas y a las Bodegas Barbadillo por su apoyo a la fiesta.

El mediodía se hacía tarde mientras la calle de la Torre se convertía en un camino carnavalesco de ida y vuelta. Los que iban a la Ostionada se cruzaban con los que dirigían sus pasos a la Erizada. Allí les esperaba un barrio de La Viña hasta la bandera y con zonas bien definidas. La calle de La Palma y alrededores era la zona acotada para escuchar agrupaciones como el coro Los mon amour y las chirigotas La plantada o Familia numerosa. A mayor distancia de la zona, menor interés por el evento organizado por la Peña El Erizo y los más de 600 kilos repartidos del molusco homónimo.

La calle de la Rosa y el Corralón se convertían en un improvisado botellódromo que respetó los límites hasta que el ensayo de Carnaval se fue apagando. San Antonio fue la última en despedir la jornada con coplas a la caída de la tarde. Don Carnal se marchaba después de su fugaz visita a tierras gaditanas. Y lo hacía con una advertencia: volverá el 4 de marzo.