
Y llegó el domingo. El día más esperado del año para miles de aficionados y decenas de agrupaciones. El desfile de los tangos, el cortejo de los cuplés y el trasiego de gente en busca de lo que se encuentre. Según la Policía Local, la jornada concentró a más visitantes que otros años, atraídos por un macropuente que culminará el próximo martes, coincidiendo con la festividad por el Día de Andalucía. Aunque hasta que pasen unos días no habrá estimación del número de asistentes, los propios agentes advertían de un mayor número de autobuses y vehículos particulares que en en ediciones anteriores.
El atasco en la Avenida de Astilleros desde primera hora de la tarde hacía presagiar un Domingo de coros multitudinario. Y así fue. Ni los autobuses cabían a lo largo de la carretera industrial, que cubrió todo el aforo con 74 vehículos de este tipo. El resto tuvo que desviarse hacia otros puntos de la ciudad, como el colegio San Felipe Neri, que llenó todo su patio, e incluso en la Plaza Asdrúbal, donde también hubo que habilitar otra zona para acoger a este tipo de vehículos, de donde bajaban centenares de personas dispuestas a beberse las calles de Cádiz. Eso sí, los autobuses urbanos no fallaron en esta ocasión, al menos, por la Avenida principal de la ciudad, donde los pasajeros iban subiendo asombrados por el buen funcionamiento del transporte público.
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Legales e ilegales
Y así, poco a poco, el casco histórico de Cádiz volvió a convertirse en el epicentro del Carnaval de Cádiz. Tras una noche de diversión y desenfreno, la capital gaditana volvió a recuperar la calma y también la verdadera esencia de su fiesta. El tango salió a la calle un domingo más, el primero de esta edición, con la esperanza de convertirse en universal. Un objetivo que consiguió ante los miles de visitantes llegados de diferentes partes del mundo y de toda España. «Llevamos 20 años viniendo al Carnaval de Cádiz desde Zamora. Es una maravilla y es una de las citas del año que nunca nos perdemos Reservamos de un año para otro para no quedarnos sin plaza en la capital. No queremos perdernos nada. de hecho, vamos buscando a los coros que nos gustan porque ya llevamos un mes enganchados a la tablet», aseguraba una pareja que esperaba en la Plaza de las Flores a uno de sus grupos favoritos. Muy cerca de allí, en una abarrotada calle Libertad se vivía uno de los momentos más bonitos. El coro ‘El batallón Fletilla’ sonaba con fuerza, con voces ensordecedoras, ante el asombro de las cientos de personas que los aclamaban a su paso y que incluso se atrevían a acompañarlos en el estribillo. Preciosas la imagen y esperanzadora apuesta por el tango.
Sin embargo, no solo el coro protagonizó este primer domingo de Carnaval. Cada vez más, la modalidad más genuina de la fiesta gaditana, se ve obligada a compartir el protagonismo con comparsas y chirigotas oficiales, así como con las callejeras, que cada vez son más numerosas, al igual que los romanceros, que cada año atrae a un mayor número de incondicionales que mueren con la rima y el verso más canalla. En cada esquina, en cada calle, suenan las letras más canallas y más frescas de cada edición. Eso sí, quizás el número de ilegales comienza a ser demasiado grande para un núcleo urbano tan pequeño como el casco histórico. De hecho, durante la jornada de ayer llegaron a coincidir hasta siete grupos en una calle como José del Toro, por lo que algunos tuvieron que esperar a que terminaran sus compañeros para atraer a su público a falta de uno propio.
Las agrupaciones oficiales son, sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de la fiesta en la calle. Los aficionados, llegados desde distintas partes de la geografía nacional, acuden, cámara en mano, en busca de los grupos que durante un mes han seguido a través de la televisión y de internet, para llevarse una instantánea. Una de las chirigotas más buscadas de esta edición era la de José Antonio Vera Luque, que ofreció un espectacular pase en la escalerilla de la Facultad de Medicina, donde se agolparon miles de personas para vibrar y reír con el humor de estos chirigoteros, los primeros este año en el certamen de coplas del Gran Teatro Falla.