CARNAVAL DE CÁDIZ

El minucioso trabajo de las maquilladoras del Falla

El virtuosismo y el talento de estas profesionales con las brochas dan vida y expresión a los tipos del Carnaval de Cádiz

Por  9:00 h.

Una mezcla de nervios e impaciencia recorre sus cuerpos. Varios meses y muchas horas empleadas para que todo este perfecto y salga según lo previsto esta noche marcada en rojo en el calendario. Se ha cuidado hasta el más mínimo detalle la caracterización de los personajes. Apenas veinte minutos sobre las tablas del Falla que pasan como un suspiro ante miles de miradas atentas. Y llega la liberación. Una explosión de júbilo y satisfacción.

Un sentimiento que no todo el mundo entiende, pero que se siente muy intensamente.

 

Los protagonistas en esta ocasión no son los componentes de las agrupaciones que se suben a cantar a las tablas del Gran Teatro Falla de Cádiz, sino las maquilladoras. Esas mujeres que realizan un trabajo silencioso, la mayoría de las veces desde el anonimato, pero que son un factor importante dentro del éxito o el fracaso de los grupos.

 

En sus manos está dar vida, colorido, credibilidad y naturalidad a los tipos nacidos de las cabezas de los autores. Su profesionalidad, virtuosismo y talento con las brochas transforman la piel en verdaderas obras de arte. Y es que en el mundo del maquillaje y el estilismo, la ciudad de Cádiz está a la vanguardia.

 

Pilar Arjona fue posiblemente la mujer que abrió el camino de la profesionalización del maquillaje en el Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval (COAC) de Cádiz. Desde su primera vez en el año 1995, no ha faltado a ninguna edición maquillando a algunos de los grandes del Carnaval como el Selu o David Carapapa.

 

«Yo empecé maquillando los coloretes con barras de labios. Ahora hay caracterizaciones, prótesis y mil materiales diferentes. Los profesionales nunca terminamos de aprender», explica Pilar, quién a través de su academia Piarlé Make Up Studio ha formado y enseñado durante estos años a buena parte de las maquilladoras de la provincia.

 

Antiguamente eran las propias mujeres o los familiares de los participantes los que se encargaban de maquillarles antes de subir al escenario. Hoy en día, el sector se ha profesionalizado de tal modo que el trabajo que se realiza en Cádiz, poco tiene que envidiar a los equipos de caracterización de algunas grandes compañías de teatro americanas.

 

«En Cádiz hacemos verdaderas virguerías tanto de atrezzo como de maquillaje y vestuario. Yo he trabajado en grandes compañías de teatro y lo que tenemos aquí, es otro nivel. Lo que no tenemos es una buena promoción y un buen escaparate. Somos artesanas del Carnaval. Ya no es solamente el maquillaje. En puesta en escena podemos competir con los mejores del mundo», asegura Arjona.

 

En la misma línea se expresa Carmen Cantero. Esta profesional lleva 27 años en el mundo de la estética, y ocho maquillando a agrupaciones para el Carnaval de Cádiz. Junto a las alumnas de su academia ubicada en San Fernando, son las encargadas de dar vida cada año, por ejemplo, al coro de Julio Pardo.

 

«Cada día la demanda en la caracterización es mayor. Antes era un maquillaje más simple, más de calle. Ahora cada día hay más innovación, hay que ir reciclándose continuamente y estar a la última», explica.

 

Para muchas maquilladoras, poder trabajar para las agrupaciones que se suben a las tablas del Gran Teatro Falla supone todo un reto profesional y un reconocimiento a su trabajo. Carmen Cantero es un ejemplo de ello: «Para mi personalmente, llegar al Falla y maquillar siempre fue un sueño. Esa ilusión se la intento transmitir ahora a mis alumnas. Son muchas horas de trabajo pero te sientes muy realizada profesionalmente. Es tanta la emoción que ni siquiera notas el cansancio».

 

El trabajo de las maquilladoras, en muchas ocasiones, se diluye entre la puesta en escena, las coplas, la música y el dinamismo de la agrupación sobre las tablas. Y es que la mayoría de la gente desconoce las horas empleadas hasta conseguir la caracterización deseada: «El trabajo del caracterizador es el último eslabón de la cadena. Nuestro trabajo también es meterte en la cabeza del autor y plasmar el personaje que ha imaginado. Nosotras llevamos prácticamente los mismos ensayos y los mismos días que llevan los componentes del grupo para cantar», señala Pilar Arjona.

 

Carmen Romero, por su parte, resalta el inconformismo y la exigencia del sector: «Nunca estamos contentas con el trabajo. Somos muy perfeccionistas. Aunque haya una ovación o una sensación positiva, siempre queda la cosita de que puede salir mejor».

 

En este sentido, ella y su equipo de trabajo comparten con las agrupaciones su éxito o fracaso como si fueran otras integrantes más del grupo: «Hemos tenido la gran suerte de maquillar a un gran coro como el de Julio Pardo. Sus integrantes tienen una gran calidad humana y siempre tienen una palabra de agradecimiento, de respeto, de paciencia, de tolerancia….trabajamos en cadena y muchas veces una persona puede estar dos horas sentada esperando a que le toque».

 

Predominio de la mujer

 

Cada vez es más común ver a hombres desempeñando trabajos realizados históricamente por mujeres y viceversa. En los últimos años se ha avanzado mucho en este sentido en el Carnaval de Cádiz. Y es que ya a nadie sorprende ver a agrupaciones donde tienen cabida las mujeres en el concurso gaditano.

 

Un camino inverso está ocurriendo en el mundo del maquillaje, aunque a una velocidad mucho más lenta. Si bien algunos de los maquilladores más reconocidos del mundo son hombres, lo cierto es que a día de hoy son muy pocos los que se dedican profesionalmente a este sector. «Todavía hay prejuicios sobre el maquillaje. Queda trabajo que recorrer en este sentido. Afortunadamente, cada día son más las personas que piensan más en sí mismas y no en el qué dirán. He conocido a maquilladores, y he tenido alumnos, pero es verdad que el 99,9% del maquillaje lo hacen mujeres. Eso sí, al tratarse de una profesión en auge, cada vez hay más maquilladores masculinos», explica Carmen Cantero.

 

Pilar Arjona aplaude los avances del certamen en materia de igualdad de género, aunque para ella todavía queda la asignatura pendiente del empleo: «Ya afortunadamente la mujer no se queda esperando en casa a que ensaye el marido. Hemos dado un salto bastante grande y el único que nos falta por dar entre todos es que el Carnaval de Cádiz llegue a dar más trabajo a los gaditanos».

 

«Deberíamos fomentar un poco más esta fiesta para que cree puestos de trabajo indefinidos en la ciudad. Aquí en Cádiz, por ejemplo, no hay tiendas de tela de fantasía ni zapaterías específicas de Carnaval. Se tienen que ir incluso a Elche a comprar los zapatos», apostilla.