‘Carnaval, de Cádiz a Barcelona’. Éste es el cartel que aún luce en la fachada del Gran Teatro del Liceo de Barcelona y que escenifica la bandera de una conquista, de otra victoria que se suma a la larga lista de hitos cosechados por la fiesta gaditana en el último lustro. Apenas unos metros separan este cartel del que anuncia la gran producción ‘Rigoletto’, la ópera de Verdi que en unos días se estrenará donde esta tarde han triunfado los sones de una simple fiesta. Algo difícil de imaginar hace apenas unos años. Un hito histórico no sólo para el propio Carnaval sino para toda una ciudad como Cádiz, que con este espectáculo se ha hecho visible en uno de los teatros en activo más antiguos y más prestigiosos del mundo.
Lo que se vivió en su interior, gracias a Andacat (Fundación Cultural Andaluza en Catalunya) quedará para siempre en la memoria de los afortunados que tuvieron el privilegio de vivirlo y de sentirlo. Más allá de eso, será la historia la que quede como testigo de una reivindicación por derecho del Carnaval de Cádiz como cultura.
Y no es para menos. Casi 2.300 personas llenaron todo el aforo y se entregaron a la copla, entre ellos, muchos exiliados gaditanos con ganas de reencontrarse con su pasado y, por qué no, también con su futuro, el de una tierra en la que muchos de ellos imaginan su vejez. Muchos son los años que han tenido que esperar estos aficionados para ver su sueño hecho realidad. Algo que se podía palpar en las colas que se formaron a las puertas del teatro antes de su apertura a las cinco de la tarde. Tanta era la expectación por lo que iba a trascender en el interior del edificio situado junto a La Rambla, que una hora antes, todas las butacas estaban completamente ocupadas.
Tras llenarse este impresionante recinto, llegó la hora del tú a tú. Cádiz y Barcelona frente a frente, cultura y fiesta, de la mano, entre la privilegiada acústica del Liceo. Lo primero que sonó, tal y como si fuera el mismo Gran Teatro Falla, fueron las palmas y el “Qué bonita está mi Cádiz, qué bonita es mi ciudad”. El público tenía ganas de fiesta, y la expedición de más de un centenar de personas que se trasladó desde Cádiz, también. Entre el público, estuvo la concejala de Fiestas del Ayuntamiento de Cádiz, María Romay, así como algunos políticos del Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona. “Es un orgullo como gaditana y como concejala que gente corriente se conviertan en artistas y puedan tocar el cielo cantando aquí en El Liceo”, aseguraba una emocionada Romay. También se dejó ver por allí el ex concursante de OT, el gaditano Guille Barea, así como el actor Juanjo Puigcorbé, gran aficionado al Carnaval de Cádiz y diputado de Cultura de la Diputación de Barcelona. “Conocía algo de lo que había visto por la tele pero nunca en directo. Me ha sorprendido muchísimo y también la animosidad con la que se ha mostrado la gente. El Carnaval de Cádiz se merece estar en El Liceo”, aseguraba el político.
Pasadas las seis de la tarde, aparecieron en escena dos presentadores de lujo, Modesto Barragán y Manolo Casal, que con un sentido “Viva Andalucía, viva Cádiz, visça Cataluña” se metieron al público en el bolsillo. “Ja soc aquí’, bromeó Barragán, parafraseando al histórico líder catalán José Tarradellas, que arrancó las primeras carcajadas. A partir de entonces, las protagonistas fueron las coplas y, entre ellas, no podía faltar la más gaditana y la de mayor historia en el Carnaval actual, la de Antonio Martín. La comparsa ‘Ley de vida’ hizo olvidar durante casi una hora el escenario y la ciudad en la que se estaba desarrollando el espectáculo para trasladar al público a las calles del barrio de La Viña e incluso ofrecerle las vistas y el sonido de La Caleta con una presentación que fue de lo más celebrado. Incluso hubo tiempo para el fútbol y para las buenas noticias que llegaban desde Gerona. En pleno discurso de Martín, el público celebraba el primer gol de los amarillos que casualmente hacía soñar también con otro reto al alcance de la mano. Pues sí, El Liceo también ha celebrado un gol del Cádiz.
Pasadas las siete de la tarde subió al escenario la chirigota ‘Los del planeta rojo, pero rojo, rojo’, de José Antonio Vera Luque, que mostró las señas del humor más genuino, de la chirigota moderna y de esos golpes universales que se entienden en cualquier lugar del planeta. Desde luego, el repertorio no era nuevo para el público, que se sabía algunas de las coplas que interpretó el grupo de marcianos, ganador del primer premio de la modalidad. Y de un primer premio, los presentadores dieron paso a un segundo. La chirigota de Selu García Cossío, fue la tercera del cartel, que incluso interpretó dos papeles en el mismo espectáculo, separados por un descanso. Primero salió a escena Juan y, en la segunda parte, le tocó el turno a la suegra. Un binomio de altura y un único concepto que simboliza a la perfección el ingenio gaditano. Sin duda, hizo los delirios de un público de primera.
La comparsa ‘La eternidad’ de Antonio Martínez Ares fue la encargada de poner el broche de oro al espectáculo. Sus letras volvieron a encandilar a los aficionados, que esperaban con ilusión al autor, uno de los más seguidos en la capital condal. Y así, con la pluma del poeta del barrio de Santa María se ponía punto y seguido a una tarde de pasión carnalesca en pleno centro de Barcelona. Ahora solo toca decidir quién, cuándo y dónde se repite la historia.