En los aledaños del Gran Teatro Falla, el templo de los ladrillos coloraos, esperaban la salida de unas estrellas de rock. ¿Bob Dylan? ¿Los Rolling Stones? No, la chirigota de Antonio Álvarez ‘El Bizcocho’, la bien conocida ‘No te vayas todavía’. Impresionante. Pocas veces, o ninguna, se ha vivido algo así en el Concurso. El aficionado aguardaba impaciente en su butaca y jaleaba a la agrupación minutos antes de que se alzara el telón, para despedirlos en pie y con una ovación que casi obliga al Jurado a otorgarle el primer premio.
“Esto nos sobrepasa”, reconoce su autor, Antonio, que durante estas semanas ha perdido muchas horas de sueño pero ni pizca de humildad y sentido común. “Estaba muy nervioso sobre todo por el grupo. He ejercido casi de padre de ellos y los nervios me han podido”.
El Bizcocho se alegra de que “la afición haya hecho suya su chirigota. Ya no es nuestra. Y no importa si es de Cádiz o de Sevilla, sólo se mira si es original”.
Desde aquel paso adelante en cuartos de final, que le metía de lleno en la siguiente fase, “llevo semana y media sin poder coger el móvil, sin contestar a los mensajes (hasta pide perdón en su estado de ‘whatsapp’ por no poder atender). Todo el tiempo ensayando y haciendo letras”. Cuenta con el apoyo en un pasodoble de cada pase de Miguel Ángel Márquez, de ‘Antílopez’.
A nivel de concurso, asegura que “todo lo que venga se cogerá con agrado. No quiero quedar el último, pero no me voy a enfadar con el premio que me den. Yo ya digo que después de cuartos vivo en un sueño y no sé realmente todo lo que está pasando”.