Carnaval

El barrio del Pópulo deja de ser ilegal

Las agrupaciones callejeras echaron ayer el resto en la tercera y última noche del 'Amoscuchá!', la concentración de ilegales que se ha convertido en una de las citas más exquisitas de la semana de Ca

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El barrio del Pópulo deja de ser ilegal

Las agrupaciones callejeras echaron ayer el resto en la tercera y última noche del ‘Amoscuchá!’, la concentración de ilegales que se ha convertido en una de las citas más exquisitas de la semana de Carnaval y que congrega a un mayor número de público, aunque anoche hubo menos personal que el pasado miércoles. La magia volvió a adueñarse del Pópulo y sus alrededores. Desde San Juan de Dios hasta la Plaza de la Catedral o Candelaria, pasando por las calles Flamenco, Marqués de Cádiz, Ruiz de Bustamante o Cristóbal Colón, pudieron degustarse las coplas más auténticas, las que se cantan para hacer disfrutar, para hacer reír y para mantener la verdadera esencia de la fiesta. Por eso, pocas fueron las que faltaron a su cita con la calle y, aunque algo más cansados que en los días anteriores, los grupos volvieron a hacerse oír, ganando así la partida a un botellón que cada vez es más silencioso y más respetuoso con quienes quieren escuchar coplas y no beber copas. En cifras, podríamos decir que más de medio centenar de chirigotas y romanceros se acercaron a la convocatoria y, un día más, colapsaron las calles. Prácticamente los mismos que en la noche anterior, aunque quizás se dejaron ver algunas caras nuevas entre la inmesa oferta cupletera.

El descenso de público que se ha producido este año de forma general en las calles ha permitido incluso recuperar la verdadera esencia con la que nació el Amoscuchá!, aunque la realidad es que esta cita ya se ha extendido de forma oficial por los alrededores del barrio, que ayer volvió a decir adiós a sus coplas gamberras, las que le han dado desde hace algunos años un sitio protagonista entre los principales escenarios de la semana del Carnaval. En 2014, las ilegales ya saben que siempre tienen un sitio al que volver.