Valoración: AHÏ, AHÍ
“Pide, pide, pídeme lo que tú quieras, que me lo apunto en el corazón y luego que traigo lo que yo pueda”. Llegan las palmas con estos Reyes Magos chiclaneros que son todo compás y vacile. Introducen una pequeña novedad en la presentación con el toque de Cuartos,haciendo el juego de palabras con las campanadas.
Callan caja, bombo y guitarras, para el primer pasodoble. “Si no te traigo ese videojuego no es porque no te lo merezcas tú, es porque papá se ha quedado parado y esos regalos gastan mucha luz”. Vuelven, a mitad de la pieza, primero las guitarras y luego caja y bombo, “La bicicleta no pude traerla, porque en tu casa no hay sitio donde meterla”. Emotivo remate con que “no culpes a tus papás, que se ponen tristes”. Reconozco un nudo en el estómago al escucharlo. En el segundo, ya con la música tradicional de la factoría Molina, “El regalo del Dios momo es reírse uno mismo en Carnaval”, incluso “si le toca a usted, no diga que el cuplé ofende y no hace gracia”. “Cambie la mentalidad”, sentencian. Si en el primero terminaban más bien por abajo, en este le ponen tanta pasión que clase se salen del escenario. Los dos, conforman, de las mejores tandas de pasodobles cantadas por las chirigotas de este COAC.
Primer cuplé, para decir que todos somos unos falsos, “dolce banana, lo que quería”. “Que falsos, que sois tos, muy falsos sonriendo, y luego decís suegra por Dios, que te encuentres a un chino tosiendo”. El segundo, a la moda de dejar chupitos a los Reyes en vez de leche, Se embolingan, incluso “en una casa escuché cantar una comparsa”. Se sientan y alivian el estómago y aparece un ratón cantando “no me des veneno que ya estoy envenenao”. Regulares los dos de la tanda. Pequeño traspiés en el estribillo, del segundo, por la confusión de la caja tras el remate. Aquí todo suma y la competencia para semifinales es dura.
Comienzan el popurrí y, muy metidos en el tipo, y vuelven a relatar el proceso del reparto de regalo, con alguna cuarteta satirona para Sus Majestades. De nuevo, gran momento cuando el rey mago, al ver dormido al niño le pregunta a voces en la cama “illo, ¿lo tuyo era la wii o la play?” O cuando a un alegre Rivera (guiño, guiño) le dicen aquello de “los regalos los dejo pero los camellos me los llevo”. Los distintos ritmos funcionan pero es cuando incorporan percusión extra a las letras cuando se hacen con el teatro, sólo equiparable a cuando prescinden, en la parte final, de la música para cantar levemente a capella. La despedida sigue impresionando como el primer día y el teatro, en pie, los despide al grito de “chirigota, chirigota”.
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FOTOS: Chirigota de Los Molina ‘Pídeme lo que tú quieras’ en el COAC 2020