Crónica COAC 2019: La revolución tranquila

'Er Chele Vara' recupera la ironía y la crítica en el Carnaval y los cuarteteros de Gago se encumbran en una gran noche de coplas

Calmada, silenciosa. La revolución comienza a fraguarse desde las entrañas. La dilatación de este Concurso en su fase embrionaria genera una sensación irreal y especialmente dañina. Bañada por la mediocridad, ahoga el verdadero calibre de muchas agrupaciones que arrojan la toalla de inicio a la espera de que arranque verdaderamente la competición. Y la retahíla de siempre: el nivel es ínfimo, todo es peor que el pasado, que era peor que el anterior… la pescadilla ‘enredá’ con la cola.

Puede ser. O no. Pero el hablar tan pronto puede provocar la ingesta de palabras en los próximos días y su posterior empacho digestivo. Pues esto no ha hecho más que empezar. Y la primera parte de los primeros cuartos es de altura. La revolución tranquila. Liderada por ‘Er Chele Vara’ y arropada por el maestro Jo-Zen, marca la verdadera valía y cambia el comentario frustrado y frustrante. Aragón ha traído una creación a la altura de sus mejores composiciones, repleta de ironía y con pasodobles de época, y el cuarteto de Gago encontró el fin el camino más directo para encontrarse con el aficionado.

Adalides de una noche con momentos emocionantes. El coro de Argüez y Procopio se reserva un pase más; el veneno de las serpientes de Romero Bey es epiléptico e hipnótico, y los carpinteros de Tocina han levantado una excelente comparsa. Letra y música para aparcar en el olvido infames noches del ayer, y soñar con las largas noches del mañana.

Coro Gran reserva: El coro de Procopio y Argüez ha mejorado al excelente ‘Tiempos modernos’. Brillante en letra y selección musical, aún le falta un pasito para entrar en ese ramillete de los aspirantes al primer premio. Pero el grupo ha subido varios niveles en cuanto a interpretación. Dos tangos críticos y duros, especialmente al segundo, al drama de la inmigración. El primero, mecido por una música preciosa que lleva el sello del Chapa, muy original al ir contra la especulación de los pisos turísticos en el centro de Cádiz. Sorprendente el segundo cuplé, con final dedicado a Canal Sur pocas horas después de la polémica de la retransmisión. El popurrí es espectacular y engancha de principio a fin. Impresionante la cuarteta de la lluvia, muy mejorada, y el final. Enorme actuación.

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Chirigota Er chele vara: La chirigota de Juan Carlos Aragón va creciendo a medida que avance el Concurso. Es distinta, peculiar, más de sonrisa que de carcajada, y hay que darle muchas vueltas al coco para pillar la ironía. Y tener estómago y cabeza fría para entender que el humor no tiene más límites que el propio humor. Por ejemplo, el segundo pasodoble al feminismo, aplaudido por la firma que lo escribe. Y gracioso a rabiar. Cuplés algo más flojos y popurrí para escuchar, con golpes, sí. Pero sobre todo para pensar. Puede aspirar al máximo o ser denostada según con el oído que se preste.

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Comparsa Lasssss envenenásssss: Romero Bey ha encontrado la horma de su zapato. Un grupo de enorme nivel, singular por su timbre de voz (femenino), dispuesto a asomarse al abismo de la locura de su autor. Estas serpientes forman una comparsa especial. Difícil igualar su interpretación, sublime, sin estridencias ni afinación pese a la brutal dificultad. Con un final epopéyico. Buena tanda de pasodobles. Mientras los autores de postín revisitan el clasicismo, este músico da una vuelta más. Un regalo de comparsa.

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Cuarteto Este año nos retiramos: Pase para recordar durante muchos años. El cuarteto de Gago, Moreno y Cossi siempre ofrece un repertorio sobresaliente, pero pocas veces conecta con el público como lo ha hecho esta noche de domingo. Todas las gracias, desde las más simples a las rebuscadas, las visuales y las inteligentes, calaron entre el aficionado. Especialmente desde que soltaron la mejor tanda de cuplés de este Concurso.

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Coro El tango se escribe con tiza: El coro de Paco Mora ha acertado con la idea, que gusta a la vista y permite un buen desarrollo en el popurrí con músicas reconocibles. Buenos tangos, a las mujeres luchadores y a la tierra de Andalucía. Es en la pieza final donde presentan sus credenciales.

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Chirigota Las cosas del destino: Aceptable chirigota, con buen soniquete y ese grupo cuartetero que vende a su manera el repertorio. Que guste o no, depende de cada cual. Varían partes fallidas en presentación y popurrí con gags que conectan muchísimo mejor por su frescura y su carácter metacarnavalero. Pasodoble al Sheriff y a los salarios paupérrimos, con sello carapapista. Pinchazo en los cuplés y salvada la pieza final, pelea por el huequito en semifinales.

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Comparsa A base de palos: Estos carpinteros de rivera suenan con potencia sin perder la calidez. Recuerda en sus maneras a esos grupos de los años 90 que marcaron su propio estilo. Los pianos de la conversación dan entrada a dos pasodobles enormes. La comparsa de Tocina combina todos los elementos que conducen al éxito: un grupo perfectamente conjuntado y con brillo, una gran música (del Lacio, también) y un letrista que hila las ideas sin florituras y directas al corazón. El vellómetro salta y eso es que esto es bueno.

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Chirigota Los cachito pan: Una mala noche la tiene cualquiera, y esta vez le tocó al grupo del Love. Le pesó cerrar cortinas, el irregular repertorio especialmente en un arranque irremontable, y hasta su propia renuncia, consciente de que este año no. Tan incómodos se les vio que hasta corrieron durante la actuación deseando el final. Todos tienen derecho a equivocarse, hasta los dioses de la chirigota.

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