Pájaros volando entre pingüinos. Un viento del norte, tiene que ser del norte, ha congelado al Gran Teatro Falla. Público de cuartos, del cuarto frío, de sonrisa a medias y palmas cortas. Ese aire gélido se cuela entre las grietas del templo ‘colorao’ que apenas mantiene el rubor en sus ladrillos. Y se cobra sus primeras víctimas afectando al alma del Concurso: las sensaciones. En un certamen eterno en horas que prima el impacto, una noche como la de este martes (y que se repetirá en días sucesivos) afecta hasta tal punto que nubla la vista, distorsiona el oído y retuerce el sentido.
Sólo ‘Los prisioneros’, redonda, maravillosamente escrita y con una música que por momentos embelesa, escapó de este hielo que muerde como llamas. Fue cruel con la chirigota de Manolo Santander, ‘Los brujos Titis’, que observaron la sonrisa congelada que se perpetuaba desde ‘La AVV Gruños Arenillas’. La carcajada se pagaba a precio de oro. También deslucía la buena actuación de la comparsa de Fran Quintana, ‘Los desvelaos’, una apuesta por la sencillez que se agradece en una modalidad a veces excesivamente ornamentada.
Al igual que ‘Los prisioneros’, más por cuestión de tiempo que de alas, ‘Los ángeles de la guarda’ se salvaban de estas dentelladas y su mensaje penetraba con mayor claridad superada la sorpresa por el cambio de guion. Y el coro sonsacaba más risas que el resto de agrupaciones unidas. Incluido un cuarteto que se atisba demasiado lejos. Y no sólo por su imaginaria ubicación.
1.- ‘Los nostálgicos de la transición’: El coro de José Manuel Valdés, Cesareo López y José Mari Barranco ‘El lacio’ ha dado este año con la idea y se ha crecido. Dos tangos interesantes, especialmente atinado el segundo en el que trata la lucha contra el cáncer infantil. Los cuplés voliveron a gustar y el popurrí es el punto fuerte de su repertorio. Tiene el mérito suficiente para meterse en semifinales y sólo depende de la competencia y la decisión del Jurado.
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2.- ‘Los ángeles de la guarda’: Puesta en escena demasiado oscura que no ayuda, pero lo que no entra por la vista comienza a llegar por el oído. Mejoría clave en la interpretación, el pasodoble empieza a gustar en la segunda escucha y más con letras como la primera. En los cuplés muestran sus reminiscencias chirigoteras. Del popurrí se le echa en falta garra. Aparcan las dudas iniciales. Son los hermanos Carapapa.
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3.- ‘Los crazy de los 40’: La chirigota de Alvarado y Vergara crecía con respecto a preliminares pero el público, muy distinto y menos complaciente, no lo entendió de la misma manera. Buenos pasodobles. El primero para defender que no todos los hombres son iguales y muestran el ejemplo de un exmarido que respeta a su mujer. El segundo, muy duro contra los ‘iluminati’ de su propia tierra, es además de radiante actualidad al criticar al concurso excluyente y fallido. Les ha perjudicado un poco el disfraz, más que la idea.
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4.- ‘Los de la gran puñeta’: El cuarteto de Javi Aguilera y Ángel Piulestan cuenta con los mismos ingredientes que todos los años anteriores. Similares personajes que siguen causando gracia en el público pero no encuentran la complicidad de todos. Bromas y chistes con escaso guion.
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5.- ‘Los prisioneros’: Miguel Ángel García Argüez ‘El Chapa’ ha alcanzado su punto álgido en la creación literaria. Los cuatro pasodobles interpretados hasta el momento son auténticas poesías envueltas en la música del Noly y recitadas por un grupo que mejoraba muchísimo su interpretación. Más calmados, afinados, y así el repertorio suena a gloria. Al final del popurrí, con la preciosa carcelera, encadilaban a un público que parece que con ello quedó satisfecho.
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6.- ‘AVV Gruñón Arenillas’: Si ellos son malajes, más malajes los que se quedaron escuchando su actuación y ni se dignaron a soltar una mínima risita. Silencio de tanatorio ante bromas, unas mejores y otras peores, pero de chirigota digna de cuartos. Funcionan como siempre en los pasodobles.
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7.- ‘Las guerrilleras’: Mientras otras agrupaciones luchan durante lustros para alcanzar el beneplácito, estas guerrilleras lo han conseguido en su segundo año. El grupo suena bien pero por debajo de sus competidores. Borja Romero, su autor, llega de manera muy directa a falta de mayor poso literario. Pasodobles aceptables y un pase celebrado.
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8.- ‘Los brujos Titis’: La gran perjudicada del congelador del Falla, con la esperanza de que no se haya roto la cadena del frío y se haya descompuesto. Que ante tanta igualdad, cualquier cosa puede pasar. Con su presentación simpática, lanzaban un magnífico pasodoble para el que les escucha desde fuera y se siente más cerca de su tierra durante esos minutos mágicos de Carnaval. En el segundo golpean con una durísima crítica a Sevilla, que les está robando su nuevo ‘trabajo’: el Carnaval. Los cuplés no conectaron pese al ingenio del primero (surrealista al estilo ‘club de fans de Estrellita Castro’). Mejor actuación que sensaciones.
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9.- ‘Los desvelaos’: La comparsa de Fran Quintana ha alcanzado el nivel de semifinales y deja la pelota sobre el tejado del Jurado. Además tiene su propio sello, una forma de tocar cualquier tema con sensibilidad a la par que contundencia. Grandes pasodobles y un popurrí que sigue sonando en la memoria una vez terminado. Gran noche.
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