Bienvenido, premio Nobel de la Paz

Por  9:26 h.

De haberse anticipado en el tiempo, Jesús Bienvenido le habría arrancado el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama. Con la que está cayendo, su pasodoble de amor gadita hacia Jerez de las Tormentas resulta en sí mismo toda una misión de la ONU, el cuerpo de bomberos contra el incendio provocado del chovinismo que el poder alienta para enfrentar a los ciudadanos y evitar que los ciudadanos se enfrenten al poder.
O qué digo el Nobel: el Vaticano debiera apresurarse a beatificarlo. Como prueba indeleble, el prodigio de haber convertido a los vampiros trasnochadores en santos nuestros de cada día, los conseguidores de cualquier esquina de cualquier barrio, que cambian los euros por hierba en vez de los bancos que cambian los euros por nada: «Aquí mando yo, en este barrio mando yo… me llaman santo porque soy divino, no adoctrino…  Tú pones la ofrenda, yo pongo el milagro». Ora pro nobis. «Por ti mordería la manzana… y al Edén pos que le den, amén». Dicho sea sin ofender a Adán y a Eva.
Su comparsa desde hace tiempo no es la niña de Rajoy sino la hija de la comparsigota que soñaran, en los años 80, Paco Rosado y Paco Leal. En la red, hay colgado un vídeo en el que, en la sentina de El Anticuario y ante la mirada del primero de estos autores, Jesús Bienvenido interpreta, desenchufado y a la guitarra, el pasodoble de Los Conquistadores de la Trastienda de Casa Crespo (cosecha de 1988), cuya letra es toda una cura de humildad y una declaración de principios que él asume: «Desde este mismo instante/es gustar a mi gente/lo que mas necesito,/y lo más importante/que tengo yo en la mente/es el verte a ti agustito./Quiero estar en la Plaza/con copitas de vino y pescao caletero,/vendiendo un libretito a los amigos/con eso me conformo si consigo/acudir a tu cita cada febrero./Tu risa, tu aplauso y tu contento/mi único Reglamento/para que necesito to lo demás/ya no lo quiero».
Bienvenido también lleva años creando una nueva mitología gaditana, dentro y fuera del Carnaval. Ese menda lerenda fue quien coronó a Pasión Vega como la reina del Pay Pay, y el que brindó a su antiguo compañero de viaje David Palomar el primer homenaje por derecho que ha recibido del Carnaval el joven y talentoso cantaor gaditano, con tanto de don Carnal como de don Antonio Chacón.
Bajo la inteligente batuta de Dani Obregón, este joker lo mismo vale para un roto que para un descosido, pero sobre todo es capaz de innovar melodías sin estridencias ni desafinos. Nada más que por ello merecería un Nobel o un pregón. Pero dado que ambos oficios están ocupados este año, lo mismo la autoridad competente podría reconocerle nombrándole Dios Momo. Es lo más parecido a un santo que tenemos en estas fiestas.