Autor mediocre

Desde las ondas

Por  10:00 h.

Hay autores que ante su mediocridad a la hora de escribir se inventan enemigos y cruzadas en su contra para poder tener ideas sobre las que poder juntar letras, ya que a eso no se le puede llamar escribir, eso es ser un juntaletras, ya sean de Carnaval o para ensuciar un periódico con su bilis. Incluso no duda (uno en concreto) en mentir con tal de disimular su escasa capacidad de crear algo nuevo. Que pena. Que pensarán los auténticos tangueros Nandi, Lamas o Julio Pardo ante tan pocos recursos y tanta incapacidad creativa. Y encima no llevan bien el papel de segundón, ya sea en el concurso con sus coros últimamente o como co-autor siempre a la sombra de Kiko Zamora. Además, también es un cobarde ya que disfrazan un tango dedicándoselo supuestamente a Fidel Castro al no tener la valentía suficiente de citar con nombres y apellidos al que siempre le gana.
Hay miles de temas sobre los que escribir, yo podría darle unos cuantos, pero prefiero no hacerlo y dejar que siga dando palos de ciegos que es mucho más divertido para mi. Incluso llega a ser tan retorcido que provoca el ataque de alguien para tener excusa y tema para aporrear un teclado. Y lo provoca pactando con el representante legal de su coro toda una artimaña más propia de estrategas del todo a cien que de personas serias. Hablando de representantes legales, el señor Willy ha confirmado lo que sabíamos, que como en el chiste, pinta menos como representante que un concejal de Cuenca. En sus escritos (por llamarlo de alguna manera) se ve la envidia que le corroe, al ver como otros hablan en las radios, mientras que él duró muy poco en este medio cuando colaboraba y vomitaba sobre los micrófonos. Me pregunto también si este año se atreverá a cantar el tango dedicado a este humilde servidor o como el año pasado, su coro se negará a cantarlo.
Les diré también que no invento nada acerca de una columna que le hicieron modificar el pasado Carnaval y que ahora lo niega, otra mentira más, porque le fastidia que yo lo sepa. Por cierto a mi nadie me echó de ningún coro, y menos del de él, me fui yo ante unas actitudes que no estaba dispuesto a consentir, ya que yo no le río las gracias a nadie. Acabo y por si alguien tiene duda de quien hablo, yo si doy el nombre del protagonista de esta columna Rafael Pinocho Pastrana. Y punto.