La Voz del Carnaval

Alex O’Doherty: «Quiero hacer un romancero pero mi gran ilusión sería salir en la chirigota del Selu»

El actor isleño declara su pasión por la gran fiesta gaditana y valora su creatividad y su capacidad de reinventarse

Por  10:19 h.

Solo a alguien muy loco se le ocurre crear un juego de mesa de insultos arcaicos. Así que queridos malandrines y escolimosas, hoy me toca disfrutar con un artista que toca varios instrumentos, aunque ninguno realmente bien; que le gusta cuidar sus plantas, pero se le mueren con frecuencia; que ahora tiene una Thermomix y está aprendiendo a usarla; y que en el fondo, lo que realmente le gustaría, es ser un buen payaso.
Desborda ingenio y creatividad, es una de esas personas que trascienden los encasillamientos porque es músico, monologuista, presentador, circense, cantante, showman… Una mente activa y ágil que creció oliendo a esteros y salinas en su isla de San Fernando y siempre con el influjo del Carnaval de Cádiz de fondo, como red de vida que le acompaña cerca de la lona cuando se sube al trapecio.
Alex O’Dogherty contesta rápido a mi llamada y pone toda clase de facilidades, da gusto trabajar así. Hoy en ‘El carnaval desde tus ojos’ le ponemos peluca y antifaz a Alex O´Dogherty.
–Como gaditano y cañailla, ¿qué sensaciones le recorren el cuerpo cuando estamos frente a un Carnaval tan diferente por desgracia?
–Desgraciadamente nos hemos acostumbrado a esta nueva anormalidad, y ya no me resulta extraño. Me parece alucinante que el año pasado estaba con Kiko Veneno por la Viña dos semanas antes del confinamiento viendo las callejeras y todo el mundo tan normal, como si no fuera a pasar lo que al final pasó. Parece que hace cinco años de aquello. Me va a dar mucho coraje no repetirlo éste, pero es evidente que tenemos que parar este virus como sea.
–Si tuviéramos que medir en una escala de 0 a 10 su nivel de ‘carnavalitis’, ¿a qué temperatura llegaría el termómetro del Dios Momo?
–Pues hombre… digamos que en estos últimos años me está creciendo. La distancia y el trabajo hizo que no pudiera prestarle la atención que quería durante un tiempo, pero ahora llevo recuperando unos años. Así que digamos que un 8… y subiendo.
–¿Qué modalidad es la que más sigue y cuál es su copla de cabecera del Carnaval de Cádiz?
–De toda la vida, y con diferencia, ha sido la chirigota, aunque desde que empecé a tener amistad con Antonio (Martínez Ares) le he prestado más atención a la comparsa, en especial a la suya. Pero de unos años atrás hasta ahora se me ha metido el veneno de las callejeras y eso ya no tiene marcha atrás. La copla que me marcó de adolescente y que me permití el lujo de cantar en el Falla cuando toqué con La Bizarrería, fue un pasodoble de Los Cubatas que empieza: «Por seguir la costumbre gaditana, tan bella y tan humana, de cantar en febrero…».
–¿Cuánto de Carnaval tiene su forma de entender el espectáculo?
–Pues mira, con el tiempo me he dado cuenta de que ha influido más de lo que imaginaba. Durante los años que estuve con La Banda de la María, el carnaval me influyó claramente en todo lo que yo aporté a la agrupación. Al fin y al cabo éramos una formación bastante ‘achirigotada’, porque éramos 8 instrumentos de viento, bombo y caja. Tocábamos en la calle y, aunque era música de Nueva Orleans, el cachondeo y la guasa era de aquí. Conseguimos una mezcla muy divertida que llegamos a llamar ‘Chiri Hop’, era una ‘Chirigota Marching Band’. Y luego, incluso en mis monólogos me ha gustado siempre jugar con las palabras al estilo del Selu o del Yuyu, mis dos grandes referentes.
–¿Qué secreto mágico hay en nuestra tierra para que de ella broten tanto ingenio y tantos artistas?
–Jaja, Si lo supiera no te lo diría. No creo que nadie lo sepa. Y ahí está la magia. Desde luego esa manera de despreocuparse de las preocupaciones, de relativizar los problemas, de reírse de su propia miseria que tienen los gaditanos y gaditanas en general es alucinante. Esa capacidad que tiene un gaditano de decirte riendo, mientras se toma una cerveza: «que ruina más grande tengo», me resulta fascinante. Eso, al fin y al cabo, es libertad. Y de la libertad siempre salen cosas buenas. Quizás por ahí van los tiros. Quizás no tengo ni puta idea.
–¿Se ha planteado salir algún año en una agrupación? ¿Por qué modalidad se decantaría?
–Ya he dicho muchas veces que la ilusión de mi vida sería algún día salir en la chirigota del Selu, pero en un plano más realista, te diré que tengo serias intenciones de, en un futuro no muy lejano, hacer un romancero.
–Pregonó el carnaval de Madrid y hace bien poquito tuvo la suerte de pregonar el carnaval de su San Fernando. ¿Se ve Alex O’Dogherty pregonando el Carnaval de Cádiz?, ¿le gustaría?
–Hombre, no puedo negar que me encantaría y me acojonaría a partes iguales, pero considero que delante de mí hay muchísima gente que se lo merece más que yo. Pero bueno, si me lo ofrecieran, desde luego no lo iba a rechazar.
– Como fenómeno creativo y compositivo ¿qué significa el Carnaval de Cádiz?
–Una cosa que me parece clave y que como artista me parece alucinante, es esa capacidad de reinventarse cada año. Me vuela la cabeza. Mis propios espectáculos me duran 3, 4 o más años, y luego tardas otros tantos en hacer uno nuevo. Hay artistas que se llevan toda la vida haciendo lo mismo, y en el Carnaval de Cádiz todo se renueva cada año. Tipo nuevo, letras nuevas… todo. Es un ejercicio alucinante y brutal.