‘Recursos humanos’ para llenar el escenario

Figurantes ‘de lujo’ como Jorge Cadaval o David Palomar se unen a clásicos como El Mellao

Por  10:01 h.

En el escenario del Falla todo vale, o casi. Las agrupaciones echan mano de cualquiera de los recursos posibles para atraer la atención del público, y, sobre todo del jurado. Los hay que optan por forillos y atrezzos espectaculares. Los hay que se decantan por un tipo vistoso. Y también los hay que echan mano de los ‘recursos humanos’, con la intervención de los figurantes.
Por modalidades, suelen ser sobre todo las chirigotas y cuartetos los que recurren a este equivalente de los ‘extras’ cinematográficos, una profesión de tanto predicamento por aquí. Las comparsas y coros suelen limitar su contribución para ayudar a recrear escenas históricas, cargadas de tipismo o al menos pertinentes.
A lo largo de las clasificatorias, un ejemplo palmario de agrupación que ha ‘colado’ por la puerta de atrás a todos sus amigos, fueran convenientes para el ‘guión’ o no, han sido los portuenses Los ositos de Peluche. Allí cupieron desde un sujeto en calzoncillos y chanclas (que ya venía así de la calle) hasta la llamativa participante de un concurso televisivo.
Algo parecido le ocurrió a la chirigota viñera Los que bailaron un año… En el jurado de esta versión de Fama se podía ver el tipo de Las pito-risas de Kike Remolino, uno de los  autores que en los últimos tiempos más ha ‘exprimido’ a los figurantes para ilustrar sus letras.  Los de El Lacio adornaron su pase con las coreografías de Michael Jackson, resucitado en el cuerpo El Travolta de Cádiz.
Dentro del grupo de figurantes que aportan un toque simpático se recogen los de los mayores Santa María Pura. Entre ellos alguno se atrevió a echarse un bailecito antes de que cayera el telón.  O el séquito de Los Emires de El Yuyu: lo mismo derrochan petrodólares a su paso que asisten a los caprichosos  requerimiento de sus ‘amos’.
El cuarteto de El Gago recurrió a uno de estos personajes para simular al padre de la dinastía, en coma irreversible, mientras la agrupación podía desempeñar su cometido al completo.  Con los jovencísimos En Cai hay que morir permanece un trasunto de Quiñones toda la actuación, para justificar un chiste que remate  el tema libre.
Los ‘selectos’
Una variante reciente son los figurantes ‘selectos’, que aparecen encarnándose a sí mismos o en papeles secundarios pero no por ello menos brillantes. El cantaor David Palomar se prestó a ejercer de policía en el final del popurrí de Los santos. Una de las apariciones más comentadas en lo que va de concurso fue la de una Teófila Martínez que se parecía mucho al ‘Moranco’ Jorge Cadaval junto a Los pre-paraos sevillanos.
Pero si hay un par de figurantes clásicos (además de postulantes) que aportan su ‘toque’ particular, esos son El Bolea y Miguel El Mellao. El primero pasó de ser un eterno de Manolito Santander a subirse al tractor de la batea de Pastrana.
Miguel, que además ha hecho doblete con una chirigota isleña, empieza a adquirir un mayor protagonismo cuando empieza la ‘gira’. Entonces ya sí que podrá hablar. Él se lo toma tan en serio que en su primer pase, mientras la agrupación afinaba en una de las salas, se acicalaba en uno de los camerinos. En su caso el oficio de figurante no es sinónimo de ‘figurar’. Él lo vale.