Los bacanales

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Los bacanales

Letra: Antonio Bayón y J. A. Valdivia
Música: Rubén Cao Moreno.
Localidad. Cádiz
En 2013: Los alcaldes de la Caleta

Primer pase:
San Benigno: Bonito tipo. Sátiros (mitológicos), seres de la naturaleza, vividores. En la presentación empastan bien las voces de este coro mixto. En el primer tango dan una lección de cómo caer y levantarse, aunque no canten en finales ni les salgan contratos. El Falla no espera a nadie y ellos siguen para adelante. En el segundo tango le cantan a la mujer gaditana, que se busca en Carnaval el hueco que no le han querido dar. Respecto a los cuplés diré que entablan un diálogo los chicos con las chicas. Y de qué van a hablar, pues de lo que habla la juventud, de las cositas del querer. Popurrí reivindicativo, que la vida son dos días. Les gusta el vino, que no es usurero. Se les han subido las copitas de más a la cabeza y claro, se les suelta la lengua y dicen verdades. Lo cierto es que consiguen animar el cotarro. Y encima tienen la suerte de tener a muchos amigos en el teatro. Eso es que son buena gente.

El Maligno: Qué me gusta un tipo con cuernos. Piano, piano, ¿mande? Demasiado piano en mitad del tango. No se escucha. Se les va un poco la música al final de la pieza. Bueno, y al principio. Esas guitarritas locas. En el segundo tango cantan a las mujeres que se buscan su sitio sin querer ser un florero y miran de reojo a las ninfas. Las pobres que van a hacer, pues aplaudir. Qué dolor de ellas, con lo elegantes que han venido estrenando su traje de piconeras. Los cuplés, ese misterio creativo que tan pocos dominan. Son unos pecadores y lo llevan a gala. Ahí nos entendemos.

Paso por Cuartos de Final

Puntuación: **

San Benigno: Aquí están otra vez los más vividores del Concurso y vienen contentos. Se les nota, cantan mejor. El primer tango se lo dedican a ese viaje que como tantos jóvenes también ellos tienen que emprender buscando una vida mejor. Cádiz viaja con ellos, igual que los besos de su pareja. El segundo, para esa marca España que no es más que una fachada. Alguno se equivoca de cuplé, simpáticos los dos, por cierto, muy de faunos. Tienen difícil seguir, pero ellos lo disfrutan y eso se transmite.

El Maligno: Qué lascivia, qué magreos. Qué guay. Tan en el papel se meten que uno le da a otra un bocado de un fresa y a la chavala no le da tiempo de comérsela. Acaba la falseta, empieza el tango, ay ?omá?… ¡que se engollipa! No, canta. Se ha rozado la tragedia. Ea, al turrón.

ANTONIO M. DE LA VEGA