Los chicos del tejado

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Los chicos del tejado

Letra y música: Jonathan Pérez y Sergio Guillén Bancalero.
Dirección: Adrián Luna Núñez.

Paso por Preliminares
San Benigno: Con ustedes, el presente. Esta comparsa tiene, junto a otras dos o tres, el cartel de relevo confirmado a las grandes de los últimos años. Y lo lleva con soltura. Mira que pesa. Tiene todas las virtudes, resumidas, que han hecho triunfar a las de los nombres conocidos. Su punteado digno de una sinfónica centroeuropea cualquiera. Tiene los barrocos juegos de voces, gusten o no, de las mejores escuadras de Martín o Aragón. Tiene la fuerza para emocionar (con frases unas veces realmente originales, propias) que dieron la mayor gloria a los Carapapa. Tienen ese ritmo, musical y verbal, instrumental y vocal, que hace contagioso todo lo que crea Bienvenido. Puede reconocerse una pizca de cada uno de los mejores grupos de lo que va de siglo en esta comparsa ya instalada entre los favoritos de los jóvenes o de los partidarios de la modalidad. Se plantan como deshollinadores y en la presentación tienen el acierto de recurrir a la banda sonora inmortal, tan pertinente, de ?Mary Poppins?. En los pasodobles, defendidos sobradamente y con una semicapella que le da aún más brillo, sacan la mayor virtud de una comparsa, la capacidad de conmover, de emocionar. Su primero es una reivindicación de esos grupos nuevos, como el suyo, que amenazan el orden establecido. El segundo, una ceremonia de reivindicación del sector naval, con zamarras de Navantia, pancartas y figurantes de las factorías gaditanas. Se declaran tan terroristas como los que han lanzado piedras o han tirado farolas por reclamar el único trozo de presunta prosperidad industrial que le ha quedado a una Bahía famélica. Se podrá estar de acuerdo o no si se lee con frialdad la letra pero consiguen que eso sea imposible. Pegan, emocionan y ese es el mayor halago que pueden recibir en su modalidad. En el popurrí, que a ratos invita a mover los pies, mantienen el tono reivindicativo. Ni en los cuplés flojean. Lo dicho, el futuro ya está aquí. Y tiene salud.

San Maligno:Pues será verdad lo que dice el tontolaba de antes, será que tiene un poco de cada gran comparsa. Sobre todo, los defectos. Demagogia, voces irreproducibles en un bar, solos, tríos, acordes termonucleares, más complicaciones que un mecano. Todo muy nuevo y, dentro de eso, nada nuevo. No me gustan las comparsas ?modernas? ¿Se nota, no? A ti, sí. Pues nada. Tan amigos.

Paso por Cuartos de Final

Puntuación: ***

San Benigno: Pues los deshollinadores no han perdido voz, con la humedad que tiene que hacer en ese tejado. Aquí están de nuevo, para librarnos de malos humos. En el primer pasodoble recuerdan los momentos vividos con su madre. Cómo podía imaginar que ya no volvería más. Se olvidaron de decirle te quiero mamá. Fue una víctima de ETA. Le piden que no llore cuando vea cómo el Gobierno se ha bajado la cremallera en Estrasburgo y se ha postrado ante los terroristas. La segunda copla la comienzan con unas palabras de Aragón: «No tiraré piedras contra mi propio tejado». Durísimo. Si empieza así imagínense cómo termina. El twitter arde. Simpáticos los cuplés. Toda la carne en el asador.

El Maligno: El libro ?Cásate y se sumisa? no está bonito para un cuplé. Pero, lo rematan con Rajoy y dar por culo. Eso siempre triunfa.

Paso por semifinales:
Puntuación **
San Benigno
Aire nuevo, para librarnos de los malos humos. Vienen con la cara sucia pero con la garganta cristalina y la bandera de la juventud. Las dos les lucen. Necesitan poner toda la carne en el asador si quieren dar la sorpresa. Lo intentan con un primer pasodoble dedicado al papa. Le ha cambiado la cara a El Vaticano. Por fi alguien comprende que el mayor pecado es predicar desde un trono dorado sin levantarse para ayudar. El segundo, para un niño que nunca pudo correr detrás de los demás porque va en silla de ruedas. No pueden evitar pensar si hicieron bien trayéndolo al mundo sabiendo cómo venía (¿tampoco es para tanto no?). Una nueva crítica a la reforma del aborto. Dan la talla, para los que tenían dudas.
El Maligno
El segundo pasodoble da pena, pero de la que te deja mal cuerpo. Pobre niño.

ANTONIO M. DE LA VEGA