Proviene de una familia en la que las nanas se las cantaron a ritmo de tango. Era inevitable que la niña saliera corista. Lucía Pardo es la hija del próximo pregonero del Carnaval de Cádiz. «Está de los nervios», cuenta, igual que estaba ella en el día de ayer, pocas horas antes de que su coro mixto defendiera sus letras sobre las tablas del Falla.
10.00 HORAS
El día de un corista comienza pronto. Hay mucha gente con la que hablar, muchas cosas que preparar. Después de desayunar, toca dar una vueltecita para aplacar los nervios. Lucía escoge la playa de La Caleta. Pisa la arena, observa el mar. El día está espléndido. «Qué alegría que por lo menos nos haya tocado un día así», comenta.
13.00 HORAS
Hasta esta hora ha hablado poco, solo con su novio, que a la vez forma parte de la orquesta de su coro, que se ha inscrito como mixto, y con algunas de sus compañeras, pero lo suficiente para darse cuenta de que tiene la garganta tocada. El ensayo del día anterior fue potente, y eso tiene sus consecuencias. Pero es el día del debut y no hay problema que no se pueda solucionar. Tanto es así, que en cuanto se encuentra con buena parte del coro en la taberna El Manteca, los males desaparecen. Hay ganas de coplas. Nada más llegar Lucía empieza la juerga. «Qué bonito, qué bonito, qué bonito está mi Cai…» y más de una se arranca a bailar.
17.00 HORAS
Justo después de comer todo el grupo se vuelve a reunir. Son muchos, y sobre todo son mujeres, pero eso no implica que tarden más en arreglarse. «Este año no llevamos mucha complicación en el tipo», explica Lucía, pero de todos modos hay que peinarse y maquillarse. Cantan rozando la medianoche. Un caldito caliente antes de ir al Falla y que suene la voz femenina en el Concurso.