la sorpresa agradable de la noche y causa muy buena impresión en un
Teatro que la ha despedido con muchos aplausos.
Bien de voces, simpático el tipo y con un aire muy gaditano, comprendiendo muy bien el mensaje de que el Carnaval es fiesta y que hay que hacer reír, las chirigotas más que nadie, a quienes la escuchan.
Pasodobles serios, de chirigota clásica y muy bien interpretados, aunque con una música rara, que termina en un tono sostenido. Mejor el segundo, dedicado a un curandero que se aprovecha de un pobre anciano.
Los cuplés, mejor que los pasodobles, graciosos, ingeniosos y muy celebrados, tanto el primero, para un niño comilón, como el segundo, dedicado, una vez más, a la separación de la infanta Elena.
El popurrit ha conseguido hacer reír y ha sido muy aplaudido, aunque quizás un pelín subido de tono en algunos momentos. Pero como estamos ya fuera del horario infantil, puede permitirse.
Agradable sensación la que han dejado estos chirigoteros.