masculinas… aunque también femeninas, pues los coristas van vestidos
de piconeros y piconeras, según por el lado que se les mire. Y así,
desde el punto de vista de los dos sexos, dependiendo del momento,
interpretan todo su repertorio.
Buena presentación en la que comienzan cantando enseñando al público su
perfil masculino, para después causar sorpresa entre el respetable al
girarse y aparecer el femenino.
Los tangos, dedicados a la alcaldesa y a su excesiva preocupación por
la publicidad mientras hay “niños que pasan hambre en Cádiz”; el
segundo, al gaditano, que siempre sigue cantando en carnavales, por más
desgracias que ocurran: “primero está el futuro y al carnaval que le
den porculo”.
Baja el nivel en los cuples y el popurrit suena bastante animado,
aunque un poco inconexas las cuartetas entre sí. Por otra parte,
ajustaditos de voces y un poquito faltos de animación por momentos.
Un detalle que hay que destacar es que el coro ha realizado toda su
actuación con una intérprete de lenguaje de signos a su lado, que ha
ido traduciendo todo el repertorio.