han venido desde La Isla con ganas de entretener y pasarlo bien, aunque
sin demasiados argumentos para ello.
Muy metidos en el tipo, a medio camino entre los espartanos que quieren ser y los romanos que podrían parecer (incluso hacen tipo avanzando en la conocida formación de tortuga de las legiones imperiales), han interpretado su repertorio con más voluntad que otra cosa, justitos de voces y con unas letras y una música no excesivamente sobradas de ingenio. Después de su presentación, los pasodobles, de estilo clásico, que han dedicado a presentarse “por esto es mi sino, morir como un guerrero, cantando a Cai diciendo que te quiero” y a al casco, del que han examinado sus diferentes variedades: del barco, el casco antiguo, de cerveza… y otros más subiditos de tono.
Los cuplés, no demasiado agraciados, aunque el buen ambiente reinante esta noche en el Falla les ha favorecido.
Para terminar, un popurrit un poquito soso, aunque con dos o tres detallitos que han provocado alguna que otra carcajada, moderada, del público.
Simpática chirigota, sin pretensiones más allá de pasar el rato y cantarle a Cádiz sus coplas, lo que han hecho con bastante dignidad.