Es cierto que las papas que nos vamos a comer durante
un mes…ya le tienen a uno que gustá las papas, están muy buenas, como
si hubieran sido bendecidas por el dueño del asador de pollos del
Corralón, todavía número 1 en el codiciado ranking mundial de freidores
de papas chips (modalidad capitales de más de 100.000 habitantes), pero
en los últimos años tendemos a comernos tantas papas que luego no
tenemos ganas de comernos el bisté y cuando llega el Carnaval parece
que Cádiz en vez de disfrutarlo lo que quiere es meterse en la cama con
tres mantitas para dormí la tajá.
Hoy comienza un concurso apasionante, no por lo que
pase encima del escenario, sino por ver los intermedios de Teleteo que
te veo, porque el grado de propaganda que meterán en las transmisiones
puede ser antológico. Sé que Eduardo Bablé y Paco Rosado lo harán bien.
Saben de la fiesta y les deseo suerte, pero os confieso que lo que
estoy loco es por ver los intermedios de Fonda Cádiz y comprobar la
cantidad de cosas que habrá impulsado el Ayuntamiento. Eso puede ser la
tienda en casa, pero en versión municipal y vamos a ver a Teleteo que
te veo dándole al Carranza lo meno 25.000 repellaos.
Pero volvemos a lo mismo de todos los años. Las
informaciones que me remiten mis compañeros de LA VOZ es que se va a
apostar alto por las transmisiones televisivas…porque ahí se juegan
las papas. Es cuando todo el mundo está en su casa pendiente a ver que
pamplina nueva se ha inventado el Libi y por comprobar si Manolo
Santander ha cambiado de peinado.
Mi duda es, un año más, si se va a apostar fuerte por
la fiesta, la verdadera, la que comienza el 25 de febrero en la plaza
de San Antonio y que termina, para los gaditanos el domingo de Piñata,
y para el Ayuntamiento de Cádiz el miercoles de cenizo y digo cenizo,
porque no me digan que no es cenizo que los capillitas siempre quieran
empezar a dar…quinarios en medio del Carnaval. Esperarse, oé, que en
el Cielo no cierran, es como la gasolinera de la Segunda Aguada.
Observen el detalle de que este año, con la excusa de
fortalecer la cabalgata del primer domingo, desaparece la del segundo,
otro pasito más. El Carnaval ya no es bisté, es bistelito.
Ayer me esforzaba por buscar en Internet el programa
de fiestas del Carnaval de Cádiz. Yo soy más torpe que Hércules
cosiendo botones pero no encontré ni cuarto y octavo de programa y
desconozco, por ejemplo, si se van a poner actos el día 28, día de
Andalucía y festivo en toda la comunidad autónoma, lo que querrá decir
que media región vendrá para acá con las fiambreras puestas y
dispuestos a disfrutar de la fiesta. Esperemos que este año no se les
sorprenda con que lo único que hay es misa de a ocho en San Antonio e
izado de la bandera de Andalucía por parte de la señorita Eduardita (no
sé pongan a buscar quién es la señorita Eduardita porque me lo acabó de
inventar).
Reconozco que el otro día me puse celoso cuando ví
como en Madrid los caballos andaluces de Jerez bailaban en plena calle,
convirtiéndose en la mejor publicidad de los atractivos de nuestra
ciudad vecina, que los tiene y muchísimos y pensé lo bonito que hubiera
sido ver un carrusel de coros en la Plaza Mayor. Eso hubiera sido lo
bueno, enseñarle a los miles de asistentes a Fitur que aquí celebramos
Fritur durante el Carnaval, con una exposición de pescao frito adobados
con cuplés, que eso si que es el Paraiso y no el que vende la
Conferencia Episcopal.
El programa del Carnaval no puede volver un año más a
estar vacío, en blanco, como la pescadilla. No nos podemos permitir el
lujo, con lo tiesos que estamos, de vivir la fiesta nosotros y ya está.
El Carnaval es la mejor tarjeta de presentación en la ciudad y debe
convertirse en fuente de promoción e ingresos, pero me temo, de nuevo,
que el bisté va a estar más duro que el cristal de la escotilla de proa
del Juan Sebastián Elcano…Arriad las velas.