Fuera piquitos

El cardiograma del concurso del Falla se vuelve planito. Ni se le baja excesivamente la tensión ni se le sube la bilirrubina

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Todos los periodistas y analistas, incluido Delgado
Lallemand, hemos estado, por segundo año consecutivo, buscando un
pelotazo y no lo hemos conseguido encontrar. Se lo llegamos a pedir a
Jony Sesma pero nos dijo que se reservaba para el Cádiz-Almería. Cierto
es que encontramos cosas cercanas como la chirigota de Juan Palómez o
la innovación de Aracalacana pero les han faltado el pellizquito, ese
no se qué que convierte lo sobresaliente en matrícula de honor, una
cosa que nadie sabe muy bien donde está…como el Espíritu Santo pero
que surge y crea un matrimonio (homenaje al día de los enamorados)
entre el público y la agrupación. A lo mejor también lo que nos pasa es
que ya no nos basta un sutil pellizquito hace falta que nos den el
pellizco con el brazo telescópico de una excavadora para sentir algo.

Tengo
una particular teoría de todo esto y creo que todo se debe a lo que
podríamos llamar una «muerte por éxito». Las agrupaciones del Carnaval
de Cádiz se han convertido en todo un fenómeno en España. Se les
conoce, en el youtube ese aparecen ya de forma destacada y en los
zappines de las televisiones se repiten una y otra vez los mejores
cupleses.

Todo este fenómeno que se ha ido dando
en los últimos años ha provocado cosas muy positivas, una de las más
destacables es que los genios que teníamos aquí camuflados estén
triunfando en diferentes ramas del arte porque no cabe duda de que son
artistas de primera. Antonio Martínez Ares compone ya canciones hasta
para Raphael que nos podrá gustar más o menos pero es un tío que ha
sido número uno en ventas hasta en las Islas Feroe. La pregonera de
este año, Pasión Vega, además de estar volcada en darnos a conocer y
cumpliendo con matrícula su «cargo» de pregonera, lleva también como
autor de sus canciones a otro artista, dicho sea en positivo, del
Carnaval gaditano. Andy y Lucas, que siguen sonando a octavillas de
comparsa, han sido numeros uno y causan más desmayos que un día de
calor en la piedra cuadrá sin sombrilla. Juan Carlos Aragón que,
afortunadamente sigue escribiendo, también fue piropeado por todo lo
alto por Alejandro Sanz que, para mi gusto, es quien ha logrado
fotografiar mejor a Cádiz a través de sus canciones, sobre todo cuando
las canta Niña Pastori. Alejandro pone la caballa y la de la Isla le
pone la piriñaca.

Julio Pardo ha hecho también
sus pinitos y creo que está detrás de muchas sintonías del Canal Sur y
no hay que olvidar a Antonio Martín que llegó a componer para Rocío
Jurado, mucho antes de que fuéramos fenómeno mediático. Cabe destacar
también a José Luis García Cossío, que lleva años como guionista de Los
Morancos y, muchas veces, sus golpes se ven de lejos.

No
cabe duda de que todo esto es bueno pero la fama mundial del concurso
del Falla ha hecho también que las letras y las músicas del certamen,
no en todos los casos, se traten de cuidar al máximo porque ya no
estamos hablando de un simple premio, sino de toda una serie de
actuaciones y de compromisos que llegan después y que supone para
componentes y autores pues un dinerito que no viene mal y que es lícito
que ganen.

Esto también ha provocado que, cada
vez, vengan más agrupaciones de fuera ilusionadas por triunfar en
Cádiz, la cuna del Carnaval y que esto le abra las puertas del éxito
mundial.

Por una cosa o por otra todo esto ha
llevado a que se de poco espacio a la improvisación. Las letras llevan
mucho tiempo preparadas porque se las juegan con ellas y la
improvisación puede llevarte a perder muchos puntos. Precisamente en el
riesgo es donde está el pelotazo y este trata de disminuirse al máximo.

Esta posibilidad de «exportación» provoca
también que los repertorios sean lo más internacionales posibles para
que se entiendan igual en Santiago de Compostela que en un tablao de
los cuarteles de Varela.

Las únicas letras que
se improvisan a última hora son las «endogámicas», es decir, las
dedicadas al propio concurso porque aseguran una ovación o una
carcajada que pueden dar unos puntitos. La gente del teatro, que es la
que influye en el jurado, a lo mejor no conoce, por ejemplo, lo del
terremoto de ayer, pero seguro que está al tanto de lo de Javier
Bancalero que, por cierto, después de lo ocurrido se ha portado como un
señor evitando que se le utilice para el espectáculo.

En
los últimos años se repiten coplas a Juan Carlos Aragón a Angel Subiela
o a los gitanos de El Puerto porque son fácilmente entendibles en el
teatro.

Es lógico que todo el mundo vaya por
el premio pero lo ilógico es que luego, cuando llega el Carnaval, que
es al fin y al cabo el que nos dio a todos la fama, no se vea a muchas
agrupaciones por las calles. Estoy seguro, y esto no es un mensaje
chovinista, que como lo del primer sábado de Carnaval no se arregle en
10 años todo el mundo preferirá ir a pasarlo a Sevilla que a Cádiz.

Lo
lógico también, vistos los objetivos de los participantes, es que el
concurso se esté alejando cada día más del Carnaval de Cádiz. Lo que se
verá en la ciudad a partir del sábado con las callejeras tendrá muy
poco que ver con lo que se ha visto en el teatro. No es bueno que ambos
se distancien tanto porque lo del teatro nos lo puede copiar
cualquiera, a la vista está que cada día vienen mejores agrupaciones de
fuera, pero el estilo trapajoso no hay quien lo coja, es la seña de
identidad. Termina el espectáculo del teatro y comienza la fiesta, que
cada uno disfrute de lo que más le guste, pero tengo la sensación de
que el Carnaval que estamos vendiendo al exterior, el del concurso,
tiene cada día menos que ver con la fiesta.