
Es uno de esos chrigoteros que lleva en su currículum, y además muy a gala, haber formado parte de varias agrupaciones salidas de la cantera. Desde hace unos años se embarcó en la dirección de una agrupación, con la que se ha llevado algunos sinsabores. De todas formas, cada Concurso es una ilusión distinta a la que no puede renunciar.
–¿Cuántos tipos guarda en su armario físico?
–En mi armario físico pocos, básicamente porque mi mujer no me deja. Pero en el garaje tengo todos con los que he salido hasta ahora en Carnaval.
–¿Y en su armario sentimental?
–Hay uno que guardo con mucho cariño. El de ‘Los bandoleros de cierra morena que hace frío’, una muy buena chirigota en la que tuve la suerte de salir en 1992.
–¿Qué sobra y qué falta en su armario?
–Reconozco que falta algún premio más, que me gustaría haber saboreado esa gloria de estar en una Final en más ocasiones. Y sobrar, no sobra nada. Estoy orgulloso de cada una de las agrupaciones de las que he formado parte.
–¿Qué tipo de otros autores metería en el armario?
–Hay muchos que me han encantado a lo largo de la historia. En este grupo metería el de ‘Las viudas de los bisabuelos de los viejos del 55’ del Noly. De los más recientes me quedo con los del Selu, sobre todo con el de ‘Lo que diga mi mujer’ y el de ‘Los enteraos’.
–¿A quién metería en el armario?
–La envidia que hay en la fiesta y a toda esa gente traicionera que pulula por la misma.
–¿Y a quién sacaría del armario?
–A esa gente que se cansa de llevarse palos y movidos por la impotencia deciden marcharse como ha hecho El Yuyu este año.
–¿Se meterá en el armario algún día para no volver?
–Espero que no. Mi mujer no me deja retirarme. Más que nada porque me acompaña todos los años en la calle.