
Tras algunos años alejado, este chirigotero volvió al Concurso en 2009 con ‘Huele a ropero’, una agrupación que causó sensación parodiando a unos amanerados señores. Al año siguiente, con ‘La secta de los pelapapas’, demostró que no fue casualidad el éxito pasado. En 2011 abrió el telón con una penitencia, ‘Las fans de los santos’.
-¿Cómo se les ocurrió el tipo?
-Hemos tratado de meternos en un personaje de actualidad. Y parece que ha tenido buena acogida.
-¿Qué tipo guarda con más cariño?
-Pues éste, le estoy cogiendo mucho cariño a la fan, es que esta señora es muy entrañable. Y eso que en realidad no nos gusta mucho disfrazarnos de mujer.
-¿Y el peor que ha llevado?
-El primer año, que salimos de Yeti. Parecíamos unos ositos y ahí me di cuenta de que me había equivocado. Eso sí, pasé un Carnaval muy calentito.
-¿Hay tipos en la calle para inspirarse?
-Siempre hay algún tipo que llama la atención, hay mucho ingenio. Hay verdaderas obras de arte.
-Los últimos años han jugado con el nombre de anteriores agrupaciones, ¿casualidad?
-El primero salió de rebote, además de que pegaba mucho lo del ropero. El del año pasado no, pero el de 2011 sí ha sido casualidad porque teníamos ya otro nombre pensado, lo que pasa es que este nos hizo mucha gracia y lo dejamos. Buscamos primero el tipo y luego el nombre. Pero ya para el año que viene no vamos a hacer lo mismo.
-¿Qué tipo le hubiera gustado lucir?
-Estéticamente hay muchos muy llamativos. Tipos de Selu, de Lobe. Quizás son los más complicados, pero también motivan más.
-¿Dónde guarda los tipos?
-Es un quebradero de cabeza, pero están entre mi casa y la casa de mi madre.
-¿Cuál no se pondría nunca?
-Cualquiera que sea hiriente, que hiciera daño o fuera con maldad.