Los que ganan marcan tendensia. Pasa en tós los aspesto de la vida. Desde que marcó en Suráfrica, los niño no pisan la playa y se dejan el pellejo tranparente pa pareserse a Iniesta. En Cádi, a partí del 96, las puretona compran cada vé tinte má claro y fulare má largo pa imitá a Nuestra Señora, aunque Ella es inimitable.
En el Carnavá las moda que marcan los ganadore son descarás. En coro, por ejemplo, si un coro un año gana con una batería en el pupurrí, poco despué tós los coro vienen aporreando una bateria, aunque sea de cosina. Si el que gana se menea mucho, al año siguiente ve a gordo que no han hecho ejersisio en su vida moverse má rápido que Ikechi por la banda.
En chirigota ha pasao otro tanto. Las vistoria del Selu hisieron que la gente se metiera tanto en el personaje que ni el método Estanislaski. Uno no sabía si darle el primero de chirigota o un Goya (sin rima). Las viuda pusieron de moda esos finale de pupurrí empalagoso que pueden matá a un diabético si lo escucha dó vese siguía. Ahora, con los montaje que traen los que ganan, hay unos despliegue que la chirigota del Love parese una revista de Lina Morgan.
Por eso, despué del resultao del concurso, el año que viene las comparsa empesarán a ensayá dié día ante y cantarán pena en lengua internasionale. El Falla má que un teatro va a paresé una academia de idioma.