Doce hombres sin piedad. Testigo de Cargo. Coacción a un jurado. Las dos caras de la verdad. No sé qué película habrán visto algunos de esos miembros del Patronato para sentirse como reos delante de la máxima autoridad cuando cumplen con su actuación en el Gran Teatro Falla.
Pese a los ‘peligrosos’ antecedentes, que los hay y con pruebas fehacientes, presunción de inocencia al menos es la que mantiene la prensa cuando escuchan sus explicaciones sobre las tablas. Estos temerosos autores/directores poseen a los mejores abogados: sus letras, su música, las voces de sus intérpretes y los aplausos de quienes reciben su creación, letrados que con un mínimo de nivel seguro convencen a los plumillas para que se apiaden del susodicho.
Va por aquellos cuya misión en este Concurso, tras haber perdido una enorme cuota de poder con los cambios obligados, ha consistido en eliminar a los jurados paralelos que se publican en los distintos medios locales. Intentar, y en este caso fracasar. En la era de la información, querer sesgar la opinión (valoración en este caso) con el tremendo caudal informativo que genera el Carnaval es como ponerle puertas al campo. No basta con eliminar acreditaciones con la falsa y populista excusa de recortar en protocolo y poner coto a lo ‘colaos’. Los jurados seguirán existiendo. Sí, como los ‘colaos’.
Ya no me sorprende, por años e historias en la chepa, que muchos de los que defienden la libertad de expresión sobre una batea o tras un disfraz sean precisamente los que atentan contra ella cada febrero. Sin insultos de por medio, guardando el respeto que uno se merece, aquí vale cualquier opinión, que no quiere decir que cualquier opinión sea válida. Pero dejen en manos del aficionado la posibilidad de elegir a quien escuchar, a quién leer, no decidan por ellos. Al fin y al cabo, la realidad terminará imponiéndose de manera tozuda y desnudará la credibilidad de cada cual.
Porque en este tribunal del Falla, ¿quién juzga al que juzga? ¿Es usted inocente o culpable? No hay más preguntas, señoría.
CONSULTA LA SECCIÓN DE OPINIÓN DE LA VOZ DEL CARNAVAL