Se hablaba desde hace tiempo de un acto inaugural del COAC por todo lo alto. Digo yo que no en plan Moscú’80, con el público del Falla haciendo paneles multitudinarios, ya no del osito Mischa, si no de Villanueva, por poner un ejemplo. Pero sí con su punto de espectacularidad y carnavaleo, que estamos en el 2011. Algo mediana y técnicamente llamativo se podría hacer, vamos digo yo. Les resumo el homenaje a El Puerto de Santa María que ha servido este año de pistoletazo: overbooking de personajeo en el escenario, entrega de estatuilla con tufillo peperiano y electoralista, y que dicho sea de paso, es la misma estatuilla que dieron el año pasado a los premiados del COAC (ya que está el molde…), ambiente particularmente seco, y salvó la papeleta, como siempre el buen hacer de Bablé, el vídeo, y la presencia de Pedro el de los Majaras, que es garantía de aplauso y lagrimita al canto por parte del respetable. Lo demás, más que mejorable. Vamos que faltaron unas croquetitas y unas fantitas de naranja, farolillos de marcas de Manzanillas y caretitas de Espinete colgadas. Tú me entiendes.