AL FOSO

LO ESTÁN MATANDO

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Dicen que el cuarteto se está muriendo. No se engañen, lo están matando. El cuarteto de Cádiz, el original, el del verso rimado, el de la palabra y los silencios, el que se enfrenta a la inmensidad apoyado en dos pequeños palos, tiene los días contados. Con la exportación del Carnaval al exterior, la lógica evolución, su globalización y la ambición por ganar premios (vanidad y dinero cogidos de la mano), se sacrifica parte de su esencia, y el cuarteto es algo tan pequeño que con robar sólo una pequeña parte ya se queda desnudo, carente de sentido.

El cuarteto de Cádiz no consiste sólo en hacer reír. Error supino, flagrante, abominable. Quien apoye su discurso sobre este axioma pierde toda capacidad de argumentación. Es más, su opinión no es respetable. Se puede hacer reír de muchas maneras. Contando chistes, monólogos, haciendo muecas y gestos, con historias disparatadas, hasta tropezando y cayendo se puede sacar una carcajada. Con Paco Gandía, Miguel Gila, José Mota, Benny Hill, Pepe Viyuela, El chavo del ocho o Vídeos de Primera uno se puede desternillar (o no). Pero eso no es un cuarteto de Cádiz.

Todo evoluciona, si bien se han rebasado los límites hasta fagocitarlo y despojarlo de su identidad. Ha ganado en interpretación, pero la actuación no puede devorar a la palabra. Aunque da la impresión de que ya es demasiado tarde. Las culpas se reparten entre los distintos jurados que se han sucedido en la última década y el público con su proceder irresponsable. Ambos han premiado el absurdo, el recurso fácil, el chiste visual, la traslación del humor televisivo a las tablas del Falla. Este año han pagado esta aberrante actitud el cuarteto de Moreno y Gago en la final, y las monjitas de ‘A Dios rogando’ en cuartos. Exentos de culpa los jovencísimos campeones, rebosante de gracia y ‘ange’, que arrastrarán sobre sus frágiles espaldas el peso de que esta modalidad no pierda definitivamente su sentido. Permitan la duda, creo que es irreversible. Antes de que tú y yo nos demos cuenta, el cuarteto de Cádiz, el del verso rimado, el de la palabra… será un bonito recuerdo.