El pasado domingo se celebró la final infantil, a la que pude asistir con mi hija de nueve años. La ilusión con la que ella iba al Teatro me hizo recordar cuando por primera vez de la mano de mi padre pisaba el Falla. Expectante, contenta y orgullosa. Lo mismo que yo sentí lo vi reflejado en su cara. No sé si sabría transmitir lo que disfrutamos. Mereció la pena. Pero no puedo decir que todo fuera bueno, aunque me queda la satisfacción de que ella no era consciente de lo que verdaderamente sucedía en lo que debía ser, como anunciaba Bablé nada más empezar, una auténtica fiesta infantil.
En primer lugar, aquello de festivo no tenía nada. Qué gran oportunidad se pierde para ayudar a la fiesta, se podría potenciar que los niños asistentes como público fueran disfrazados, quizás con cambio de fecha en mitad de la semana grande, con animación, serpentinas, juegos…. que se trata de una fiesta de niños, oiga. Es una final donde lo que más sorprende es que desde tan pequeños ya tengan la pasión de cantar a Cádiz, una auténtica cantera. ¿Tan difícil es plantear otro formato? Es lamentable observar a una gran mayoría del público asistente. Muchos son unos maleducados. El patio de butacas y los palcos estaban medio vacíos, explicado esto porque van a ver cantar a sus familiares, algunos ni los dejan porque no paran de dar voces y gritos pensando que son de ánimos, ante la cara descompuesta de la pobre criatura en el escenario pensando en un «cállate la boca, mamá». Luego, cuando acaban de cantar, o no paran de molestar o simplemente se van porque ya no les interesa lo que viene después.
Punto y remate fue lo ocurrido en el gallinero, donde de la mala educación ya se pasa a lo bochornoso, rivalidad entre familiares de grupos participantes que casi llegan a las manos con menores presentes. Los perjudicados, los niños, los que deben disfrutar de su día. Esta falta de civismo, de respeto y de valores ensucia también nuestra fiesta.
Este percance provocó a buen juicio del jurado que se suspendiera un pasacalles de todas las agrupaciones por el Teatro. Nos quedó un simple y muy soso fallo del jurado en el escenario. Por favor, un poquito de cordura, educación y que todo esto no se quede en un pasodoble más de apoyo a la cantera. Hay que involucrarse un poco más.
¡¡¡ Salud, Cadismo y Carnaval !!!!