Carnaval

EUREKA

Por  0:00 h.

Este Concurso necesitaba un giro, una vuelta de tuerca, una revisión de sus normas, criticadas y denostadas por el aficionado y los propios autores. Entonces los ‘gurús’ hirvieron sus sesos, estrujaron el cerebro y… ¡Zas! La bombilla se iluminó. ¡Eureka! ¡Vamos a limpiar los puntos de preliminares! He aquí el problema.

Curioso que con tanto a lo que meterle mano se establezca una nueva apuesta para fomentar, para espolear y respaldar la mediocridad. Se podían haber liberado varias reglas encorsetadas, permitir mayor variedad en la creación musical, variar el sistema de puntuación o sobre todo el de elección de jurado y vocales, hasta ahora a dedazo.

Pero no, al parecer el lunar de este COAC puesto en jaque era que se arrastraban los puntos de preliminares.

Esto ha generado sus consecuencias, obviamente negativas. El nivel en esta fase ha decrecido, aún más, y hasta los propios autores ya consagrados han reconocido que esto es un mero trámite, que todavía no ha empezado la batalla real. Tino Tovar tiene una sentencia sublime: «Para mí todo lo que llevo al Teatro es igual de bueno. Si no, no lo llevaría». Lástima que muchos compañeros no sean de la misma opinión y guarden su arsenal para más adelante.

Al margen de que deja de ser un concurso de repertorio pues no se tiene en cuenta su totalidad, los ‘grandes’ juegan con una baza a su favor: se van a superar con total seguridad, irán a más, lo que puede provocar una sensación engañosa cuando otros ‘sólo’ mantendrán su nivel, su alto nivel, o incluso vayan a menos.

Por suerte, las ausencias y las posturas acomodadas han permitido en esta previa comprobar la fuerza, la ilusión y el ansia de crecer de grupos como el de Cheza, Germán García Rendón, Bocuñano y algunos más. Siempre que van al Falla lo hacen con el compromiso de darlo todo, sin guardarse nada. Esquivando la mediocridad.