El telón comienza a tomar altura. Tragan saliva. Las piernas tiemblan. La garganta amenaza con retirarse, mientras el corazón ruge y la cabeza se queda en blanco, parece que se ha reseteado. Un mal rato. La actuación empieza y desde el principio se nota que no hay conexión con el público. Fría acogida, en los mejores casos, Tímidos aplausos en los pasodobles, silencio sepulcral en los cuplés. Y ‘cachondeati’ en el popurrí, con un murmullo que ya no deja escuchar nada de lo que suena sobre las tablas. Lo dicho, un mal rato. Para ellos y para los que lo tienen que escuchar y soportar tal castigo. El Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas mantiene como principal característica, (virtud o defecto) que cualquiera puede cantar sin ninguna limitación. La pregunta es ¿para qué ir? No hay mérito alguno por ello mismo, cualquiera pueda hacerlo. ¿Que el sueño es cantar en el Falla? Bueno, pues entonces valdría con una sola vez, y la mayoría repite. ¿Que están convencidos de que será un éxito? Por favor, que busquen unos buenos amigos, de esos que tienen la boquita prestá, y le suelten las verdades que luego tendrán que leer o escuchar, dichas por extraños. Últimamente sólo se habla de preselección y telonazos, pero yo tengo un mejor consejo, el de mi madre: «Hijo mío, canta pa tí».
CANTA ‘PA’ TI
Por José María Aguilera , 0:00 h.