OPINIÓN

Una fiesta que atenta contra la salud pero fomenta la pasión

Por  8:59 h.

La gente tenía anoche ganas de disfrutar del Concurso, pero el certamen se empeñó en quitárselas. Los aficionados pusieron de su parte, llenaron el Falla desde primera hora, pero el coro que abrió la sesión fue un hueso duro de roer, tanto, que fueron muchos los que optaron por fumarse el primer cigarrito de la noche. Los vigilantes de la puerta que ponen en sello en la mano a los que salen para volver a entrar no daban abasto. «Hoy vamos a tener que esperar para ver algo que merezca la pena», decía un joven que había bajado del gallinero. «Pues yo creo que mejor aprovechar ahora para cenar, que luego como nos vayamos en el descanso, antes del Remolino, nos vamos a quedar si sitio», le contestaba otro, y no sin razón. Son las cábalas de las entradas y salidas, que se han convertido en el mejor termómetro posible para medir la calidad de las agrupaciones y la temperatura de la expectación.
La salud de Pedro
Otro tema que ocupó ayer a buena parte de los que hacían corrillos a las puertas de La Bella Italia era el preocupante aspecto de Pedro el de Los Majaras. «Dicen que había un médico en bambalinas», decía uno. Lo que está claro es que Pedro no está bien. A partir de ahí solo él puede valorar si le compensa el esfuerzo de subirse a las tablas. Su pasión por la fiesta, ya incluso contraproducente, está fuera de toda duda. Su presencia aún emocinaba ayer.
Comentarios de pelotazo
La chirigota de Remolino viene fuerte. Muchos de los que abandonaban el Falla con el paquete de tabaco en la mano comentaban que parece fija en la Final del 4 de marzo. Los más entusiastas hablaban de candidatura al primer premio o de pelotazo. Quedan sólo tres noches de preliminares y, desde luego, está entre las tres chirigotas que más han gustado.