
En los corrilos que se formaban anoche a las puertas del Falla, que fueron muchos desde el principio (ayer fumaron hasta los que nunca lo hacen), se habló, y bastante, de la polémica entre el cuarteto de Gago y el de Morera. A algunos no les pareció bien la postura de uno de los autores del grupo de Gago, que en este medio dejó constancia de su malestar por la coincidencia en los personajes de los siameses de Morera con los que ellos mismos sacaron en ‘Qué pena de muerte’. Otros sin embargo, encontraban «sospechoso» que Morera hubiese apostado por estos personajes «familiares» ya para el gran público. De acuerdo con unos o con otros, lo que hay que aclarar a las mentes mal pensadas es que en ningún momento el autor ni ningún componente del cuarteto de Gago se puso en contacto con LA VOZ para hablar de este tema. Al contrario, fueron algunos redactores de este medio los que contactaron con el autor para confirmar o desmentir algo que ya rondaba por los mentideros del Concurso. Eso no quita para que el autor de las declaraciones supiese que las mismas iban a aparecer en el periódico y que los miembros del cuarteto rival no se hayan tomado nada bien las críticas, aunque no quieran entrar en polémicas. El debate sigue abierto.
Renovarse o morir
Y entre bocanada y bocanada, lo que ocupó a casi todos los analistas del Carnaval en la plaza Fragela fue la soberbia actuación de la comparsa de Antonio Martín. «Me ha gustado más que Bienvenido», decían unos. «Pues a mí me ha faltado su toque más personal, que tire por San Vicente», decían otros. En lo que sí coincidían todos era en que, por ahora, no hay nadie que le haga sombra a ‘Los currelantes’ y a los locos de Martín.
El escándalo llegó con ellos
El otro gran tema de la noche fue el cuarteto de Aguilar de la Frontera. Camino del ambigú comentaba un afamado cuartetero en activo: «Es que han provocado demasiado. No se puede venir así». Y lo peor es que los chavales amenazan con volver.