Es lógico. Quizás sea sano y conveniente. En un certamen que se extiende durante 28 días, hay subidas y bajadas. Ayer terminaba la euforia del fin de semana y el descenso (necesario para que llegue un ascenso) era evidente en cada detalle. Ni la plaza Fragela era ese puzzle de corrillos, ni los locales del entorno estaban llenos, ni siquiera los fumadores eran visibles por señales de humo. Aunque el tópico diga lo contrario, la gente del Carnaval trabaja, tiene prioridades. Los aficionados prefieren trasnochar unas noches mejor que otras, estudian, tienen cosas que hacer un lunes por la mañana. Así que ni lleno, ni colas para salir, ni nada. La moderación hace acto de presencia.
Más entradas a la venta
La Delegación de Fiestas confirmó que a lo largo de la mañana de este lunes 7 de febrero comienza la venta de entradas por internet para cuartos de final y semifinales. Las localidades que salen a la venta a través de la Red, en la web de la firma uniticket, no son todas las disponibles. Un porcentaje (el 40% del total) se reserva para la venta directa en taquilla, en una fecha que aún no ha sido anunciada. Justo cuando la expectación bajaba a cotas de normalidad, propias de un lunes corriente, ya aparece un síntoma de expectativas para lo que aún está por venir.
¿Esta es la barra del Falla?
Cuidado con quedar con alguien para verle “en La Barra del Falla”. Además de la zona para tomar algo en el ambigú, desde este año es un nuevo restaurante de tapas. Se ha convertido en un punto de encuentro alternativo. Periodistas, autores, integrantes, empresarios… Es más discreto. No es como estar en la plaza. Está en Ceballos, algo escondido. Desde su puerta es fácil ver los accesos al Falla sin ser visto. Un descubrimiento. Una atalaya de lo más apeticible.