En la guerra no hay vencedores. Sólo derrotados. El enfrentamiento entre Patronato (vulgo carnavaleros) y Canal Sur únicamente dejará víctimas en ambas trincheras. Y un Carnaval que puede convertirse en tierra quemada. Al ente autonómico se le pueden criticar muchísimas actitudes cuanto menos debatibles: anuncios en plenas actuaciones, desprecio a modalidades con menor tirón, barra libre en credenciales, falta de renovación, presión y pretensión de marcar los tiempos del certamen… La RTVA se maneja en esa peligrosa dualidad, entre el servicio público y la obligación de la audiencia, y si anteponen altanería a la cordialidad se labran una mala fama que no se corresponde con el cariño que le guarda a esta fiesta y la profesionalidad de sus trabajadores.
Dicho esto, la televisión andaluza encuentra el interés, mediático, cultural y social en el Concurso de Adultos. En el COAC, y pagan más de 300.000 euros por ello. No en los chavales de la cantera. Y debería tener el derecho de colocarlo en su parrilla en el momento idóneo, como si no quiere emitirlo. Una actuación como invitado de un grupo infantil o juvenil no tiene por qué competir con el informativo vespertino de toda Andalucía, un derecho necesario en esta Comunidad al margen de los compromisos publicitarios que conlleva. Se puede emitir antes claro está pero ¿por qué ha de primar el ‘directo’ de los niños sobre la información, ocupando el ‘prime time’?
Los chicos lo merecen todo y más. Pero cada uno en esta vida tiene su sitio. La cantera ha disfrutado el fin de semana de dos preciosas jornadas que no necesitan más. ¿Que les hace ilusión? Sí, pero esto es un Concurso de repertorios, no de ilusiones. Igual que el partido del Cádiz B no se juega en medio de un Cádiz-Tenerife; lo mismo que el telonero de un gran artista actúa al principio, y la cadena de turno lo emitirá si lo cree conveniente, que no lo suele ser.
Decir esto es impopular. Pero es más impopular observar el patio de butacas mientras actúan los chiquillos, momento de asueto para estirar las piernas en un espectáculo de cinco horas ¡¡¡que no tiene descanso!!! Que salgan en la tele fomenta la cantera, aseguran. Hay mejores formas de poner en valor el Carnaval desde la infancia.
Aceptemos que prevalece la razón del Patronato, el órgano que extrañamente dirige un certamen municipal. Han ganado la partida. “Esto es Cádiz y aquí hay que mamar”, sentencia alguno. Han hocicado y claudicado. Pero mañana habrá que negociar de nuevo el convenio por los derechos de retransmisión. A Canal Sur no le interesa perder el Carnaval pero ¿le interesa al Carnaval perder a Canal Sur? El órdago se ha echado.
Quizás sea hasta mejor para preservar la esencia de la fiesta. Onda Cádiz está más que capacitada para retransmitir el COAC aunque muy lejos de abonar el dinero con el que cada febrero se retrata a la RTVA; y el Carnaval va a existir y resistir siempre más allá de Manolo Casal, Modesto Barragán o Juan Manzorro, personas de las que no se puede dudar de su amor a la fiesta. Sí, quizás sea un certamen más corto, más puro, más de Cádi, pero con menos dinero para repartir. En una tierra deprimida donde más de uno se gana un jornal curioso o una ayudita para casa, al margen de perder la proyección de la tele autonómica. Puede equilibrarse a través de la emisión por internet. O puede que no. ¿Que es un paso atrás? No hay duda.
Me decía un gran carnavalero, de esos que han ganado muchos premios en todas las modalidades, que este Concurso “puede morir de éxito”. La realidad es que ha crecido tanto que se le han saltado las costuras y no hay quien le ponga un traje nuevo. Porque el sastre es un desastre. Mientras, desde San Juan de Dios, ya sean de un color u otro, se lavan las manos. Porque todos le temen a este monstruo que puede hasta devorar sus propios huesos.