CARNAVAL DE CÁDIZ 2020

Sin bajarse del autobús

Por  8:00 h.

Esta célebre frase pronunciada por el famoso entrenador del Barcelona Helenio Herrera, denotaba cierto aire peyorativo y soberbio de un rival sobre el otro. Ganar a alguien sin bajarse del autobús muestra una superioridad evidente, ya que ni siquiera entrar en el campo era necesario para arrollar al equipo contrario. Esa expresión puntual se ha convertido en todo un clásico futbolístico cuando se quiere mostrar la facilidad con que un equipo termina ganando un encuentro.

 

Si intentamos trasladar este símil al mundo del Carnaval, nos damos cuenta de que en ocasiones, encaja a la perfección. Hay autores y grupos, que por su nivel lingüístico-literario y por su calidad vocal respectivamente, ganan el concurso sin bajarse del autobús. Hay autores que tienen una forma peculiar de afrontar una temática manida o bien reflejar pura poesía entre sus renglones. Y notas que están un escalón por encima del resto de los mortales y eso facilita que ganen el concurso sin despeinarse. Otras veces, los grupos aportan un sello, un empuje natural a las coplas que colaboran a que repertorios de enjundia sean aún mejores y también sientas que esa agrupación esté por encima del resto. Si luego se engancha con el público, entonces vas en volandas durante todo el concurso y ya no hay autobús que valga.

 

Esa superioridad manifiesta coincide, solo en ocasiones, con lo que comúnmente en Cádiz llamamos “pelotazo” pero, digo solo en ocasiones, por lo que a veces el clamor popular no coincide con el sentir de los jueces. Y a veces, esa sensación de superioridad tan despectiva que pueden llegar a tener algunos grupos en Cádiz con respecto a otros compañeros, hace que se te pueda volver en tu contra y aquello que crees de que tu agrupación se dará un paseo por el falla y que será fácil conseguir un primer premio se convierta en un fiasco.

 

Es cierto que hay agrupaciones que parten con ventaja por eso de tener un nombre y que tengan el partido medio ganado pero, a veces, ni siquiera eso sirve. Hay que cantar sobre las tablas y esa es la única prueba irrefutable. Se puede ganar sin bajarse del autobús, pero si te andas demasiado soberbio, puede ser que el Dios Momo te lo haga pagar y el autobús se te estropee.