El número 40 está cargado de simbolismo. Sin duda es un número mágico, un número que refleja la cuarentena oportuna que acuna a quienes llegan a esta vida.
Un número místico, religioso y bíblico… los hebreos vivieron en el desierto durante 40 años, el diluvio duró 40 días y Jesús se fue 40 días al desierto de Judea.
La cuaresma del cofrade debe aguardar los 40 días que separan la ceniza de las horquillas, de las saetas y la otra mejilla, del navegar de cuadrillas y no doblar las rodillas mientras reine don carnal.
En la religión musulmana 40 también era los años que tenia Mahoma cuando tuvo su revelación, además de que estuvo 40 días rezando en una cueva y tenía 40 seguidores que le ayudaron a transmitir su mensaje.
Es evidente que 40 es el número del profeta. El que canta y el que llora, el que emociona y el que araña. 40 son las veces que escucharía de tu boca cada copla porque 40 veces se quedan en nada cuando eres tú quien las cantas.
A tu pecho condecorado con el antifaz de los copleros, no le cabe más corazón, porque desde ese órgano de vida ha palpitado a cañón las melodías más propias de los reyes y los dioses que todos degustamos con pasión.
Ay mi profeta querido, ay mi gaditanissimo animal, no hay nadie en esta cuaresma bendita que cante como tú las coplas de mi carnaval.
Gloria al Dios Paco Alba, a tu María la Yerbabuena y a tu Juan, de todos fuiste amigo, con todos aprendiste carnaval.
Que levante la mano la guitarra, que tus manos manchen las mías para que sean más carnavaleramente puras y que mientras el mundo siga siendo un desastre Cádiz resista… canta coplero, canta profeta, que 40 años no son nada en nuestro eterno carnaval. Que 40 años no son nada si la voz fue creada para darnos felicidad.
Canta coplero canta, que la viña en tu garganta se derrama hasta las plantas de un profeta del compás. Que el tronío y la elegancia son las verdaderas armas de tu eterno caminar.
No te canses y aguanta que necesitamos del profeta, el que salpica y araña la emoción del que aguarda para recibir en volandas una copla magistral.
Felicidades caballero, que el trío sople las velas de una tarta y que tú mismo la compartas con tu grupo y tu disfraz. Que la Magia de febrero te convierta en mensajero de nuestra religión pasional.
Felicidades Ramoni de Cádiz, profeta del carnaval. Guíanos a la tierra prometida, otros 40 años de camino con tu voz y tu bondad.