Los preliminares se han convertido en un mero trámite a veces monótono y tedioso. Pocos grupos entienden esta primera fase del concurso como una auténtica clasificatoria donde tienes la oportunidad de zarandear lo establecido, de llamar la atención, de espolear al jurado, de ofrecer algo diferente al aficionado y posicionarte.
La sensación que dejan estas primeras sesiones es que los grupos esperados solo han participado para no contravenir las normas y han venido simplemente a levantar la mano cuando se ha pasado lista, entendiendo esta fase como un mero trámite más administrativo que competitivo.
Se echa mucho en falta el Libi de aquellos años en los que sin ser esperado revolucionaba su modalidad (ya fuera en chirigota o en cuarteto), con temáticas, ideas y tipos diferentes, dando que hablar y situándose en la pomada por saber utilizar otros recursos quizás menos normativos que el resto.
A tenor de lo vivido cobra interés el debate sobre la organización del COAC, sobre el propio sentido de la fase previa y también sobre la posibilidad de que el concurso establezca que los puntos se arrastren desde el principio del mismo. De esta forma al menos se obligaría a los grandes grupos a preparar más concienzudamente las preliminares y no pasar de puntillas por ella.
Para mí y sé que para la inmensa mayoría de buenos aficionados, esta primera fase del concurso es la más mágica, la más esperada, la más ilusionante, la más virgen, la más natural, la que encierra el verdadero espíritu de libertad y sorpresa que debe prevalecer en nuestro Carnaval.
Otro tema es el ambiente del teatro. La posibilidad de adquirir entradas por parte de los familiares de las agrupaciones está provocando una intromisión manifiesta a la naturalidad de la preliminar. En varias ocasiones se ha visto el Falla medio vacío, amén de la subjetividad con la que se premian ciertos repertorios de muy escasa calidad.
La fase preliminar ha dejado en el aire un profundo debate sobre su propio sentido. Es necesario que una vez acabado el concurso lo abordemos y se tomen decisiones.
Yo personalmente soy un firme defensor de esta fase del concurso tal cual está, realizándose en el Teatro y de forma pública, pero es cierto que merece una revisión. Los puntos, las entradas y otra serie de cuestiones deben debatirse para que esta fase no siga siendo un mero trámite donde prima el sopor y el tedio.

El Teatro Falla, antes de que terminara la sesión de este miércoles.
COAC 2020
Preselección como trámite
Cromatina carnavalera
Por José Juan Ramos, 7:00 h.