En Cádi nos gusta mucho un omenaje. Ná má que hay que vé la cantidá de placa que hay por las parede gaditana. Cádi, tierra de placa. En verdá, la cosa es que los omenaje en Cádi salen barato. Una lápida en una paré, y ya está tó hecho. Asquí vivió Fernán Caballero, que en verdá era una gachí y tiene calle y placa, un combinao que no está al alcanse de tol mundo. En este troso de la Caleta recogía la mierda don Fernando Quiñone. En esta tasca cantaba por cuatro perra a los señorito Chano Lobato.
Y si es barato un omenaje de placa, el omenaje de Carnavá es má barato toavía. Bueno está lo del Baluarte de Carnavá que da Crúcampo, que es una forma de devolverle al Carnavá tó lo que el Carnavá se gasta en Crúcampo. Ya, ya sé que algún camello también podría hasé un premio de eso pa devolvé los gasto de los carnavalero en el negosio. Pero no lo han hecho. Los de la servesa, sí. Que lo del Baluarte al prinsipio disían que era pa gente que la estaba pasando canuta, pero últimamente se lo han dao a gente que tiene el riñón bien cubierto grasia al chou bisnes.
Pero hay omenaje que no es que sean barato, es que son rentable. Son los omenaje en forma de letra. Eso no cuesten dinero y pueden darte perrita. Que no digo yo que no sean sinsero. Por supuesto, cada pasodoble del Carnavá de Cádi es sinsero, porque nunca un poeta de comparsa de Cádi ha escrito una letra falsa, pensando en los punto o en los premio. Eso asquí no pasa. Y meno en comparsa.
Lo que sí pasa es que una letra bien escrita de omenaje, con su mijita de recuerdo, su poquito de pena y su aroma de agradesimiento te da punto en el concurso del Falla y ya se sabe que a siertos nivele, el Falla es como el Comunio, cada punto da dinero. Y, por supuesto, los omenaje a los que no están. Porque no salen ese año o porque no saldrán má. Omenaje a compañero, poquito. No vaya a sé que el Jurao piense que el omenajeao es mejón que el omenajeante y el efesto del omenaje sea el contrario y en vé de darte un premio te lo quite.