He visto que circulan algunos comentarios en los mentideros de las comparsas chungas, así que voy a tirar de pedagogía y utilizar esta columna como un servicio público, para de esta forma desmentir los perniciosos bulos.
UNO.- Empezar la presentación a oscuras no reporta más puntos a la comparsa. Salvo que haya un problema eléctrico en el teatro o se haga por solidaridad con el colectivo de invidentes, no es una buena idea. Cualquier día el jurado terminará planteándose la posibilidad de quitar la parte proporcional de tipo e interpretación de una presentación a oscuras. Yo lo haría.
DOS.- Tampoco da más puntos que el tipo sea una cripto-metáfora genial sobre alguna obra de Kafka o Joyce. Todos se preguntarán de qué vais y ningún diario acudirá al rescate para publicar la explicación de vuestra brillantísima idea; para eso hay que tener mano en las redacciones. Simplemente nadie se enterará. El jurado tampoco.
TRES.- La dificultad de integrar unas gafas de soldador en el sombrero sigue sin reflejarse en una mejor puntuación. Se rumorea que el año que viene sí que lo hará, pero este año —como en los anteriores— todavía no.
CUATRO.- Afinar la comparsa tan al límite de tener un día una desgracia por reventón de la vena yugular del contralto, tampoco os dará más puntos. Recordad, además, que los que tienen buena voz podrían tener mal oído. Incluso muchos de los que tienen buena voz y buen oído suelen tener un pésimo gusto al cantar.
CINCO.- Entiendo que el poeta tendrá muchas cosas que decir, pero presentar un pasodoble cercano a los tres minutos, de nuevo, no os lo puntuarán mejor. Utilizar tres melodías en la música, tres tríos y tres afinaciones distintas —ejem— tampoco puntúa el triple. Sé que los grandes lo han hecho, pero han ganado muy a pesar de ello.
SEIS.- Este año continúa sin ser obligatorio el pianito sostenido con los dientes apretados en mitad del pasodoble; tampoco los bombos imitando latidos y chorraditas así. El mérito ya se lo llevaron los primeros en hacerlo. Ser originales es siempre la mejor opción.
SIETE.- Que en la entrevista posterior a la actuación comentéis que os quedan letras guardadas, no hará cambiar la puntuación al jurado. Ah, y abrigaos al salir del teatro que el relente es muy traicionero.