Hay que tener mucha sangre fría para devorar un humano, por muy Carnival que seas, por mucho que no tengas escrúpulos en llenar de agua con colorante los ordenadores y alguna que otra camisa de la prensa en el foso.
La misma sangre fría debe apoderarse de un autor y su director antes de plantearse la estrategia a llevar a cabo en el concurso. Llama la atención el profesionalismo de los principales grupos, que se han especializado en desmenuzar las fases con la precisión de un cirujano. Aquí este pasodoble, aquí toco esta temática con este cuplé, aquí le pido al grupo más rabia cantando la presentación…
También sorprende como cada año crece la sensación de que los cuartos de final son un pase de paso para las principales favoritas. Escuchamos hasta la saciedad, el concurso empieza en Cuartos; Si pero no. Son las semifinales las que espera todo el mundo y ya no sabría decir si las espera más el público o los componentes de las agrupaciones. Esos cuatro días, esas cuatro noches mágicas.
Una de ellas fue la segunda de semifinales*. Cuando dicen «el Selu compite como nadie» no les engañan. Revisen el pase de cuartos y el de semis y verán la reacción de un grande de un día a otro. Verán a José Mari echándose la chirigota a la espalda, a Selu rompiendo a reír, a los componentes sintiéndose a gusto con el público. Na’ que ver.
Es la misma sangre fría que percibo en Martínez Ares o Juan Carlos. Las dos letras que todo el mundo espera se oyen en semifinales. No andará muy lejos el Chapa, que pone tinta de oro a la música de Cádiz que hace Don Manuel Sánchez Alba. La sangre fría del concurso, porque una cosa es el poeta en su cuarto y en sus musas y otra el local de ensayo y las decisiones del grupo. No debe ser fácil decirle al autor «no pisha no, esta para el CD»
Y hablando de sangre fría, hay que tener mucha para ser un redactor jefe de la Voz de Cádiz y pedirle a un madriles escribir de su carnaval, porque el Carnaval es de Cádiz. Yo prometo no molestar mucho pero eso sí, como le dijo el Vera a los famosos «sólo les pido que si voy me dejéis entrar en alguna caseta».
Gracias, por la confianza y por dejar expresar en estas letras mi locura, que es la vuestra. Supongo que tendremos toda la eternidad…
*Este artículo ha sido escrito y enviado al periódico antes del tercer pase de semifinales para evitar problemas cardíacos de su autor previos a La Gaditanissima.