¿Cómo le digo yo a Don Manuel que me vuelvo loco con lo que hace siendo madrileño y viviendo en Móstoles? Pido ayuda a Cádiz.
Lo siento Manolito pero esto es lo que hay. No puedo evitar que me emocionen tus letras, que me pellizque tu compás viñero sin apenas conocer cuatro calles de La Viña. No se explicártelo, yo me siento ante la tele a o me pongo la radio y espero que llegue ese momento en el que la música de tu pasodoble me haga ¡Zas! Ya está, lo ha vuelto a conseguir el muy canalla, ya estoy en Cádiz otro año más a 700 km de distancia…
Como tú algún chirigotero más, no me olvido del Sheriff y aquella letra que recorre mi carnaval Si buscan los carnavales… Insisto contigo porque desde hace años has cogido la bandera de la esencia, de lo puro, de lo que tiene que ser de Cádiz y los gaditanos. Contigo siempre, amigo mío, el Carnaval es de Cádiz y de los gaditanos pero… ¿Qué hacemos los que sentimos esa pasión desde fuera? ¿Qué propones para todos nosotros que, ya no somos cuatro en Cataluña que se han ido a trabajar, somos legión?
Estoy de acuerdo, para hacer Carnaval de Cádiz hay que vivir, sentir y sufrir Cádiz. Y aunque, a veces las camisetas de imitación son clavadas a las originales, siempre tienen un pespunte que no cuadra o una escarapela mal pegada. No dudo eso, lo que no es puro pierde esencia pero son tantos los imitadores que cuidan y quieren vuestra religión fuera de esas murallas que da hasta miedo pensar cómo detenerles.
Hablaré por mi, Don Manuel, que tengo la sensación de ir con la cabeza baja y pidiendo perdón por ser un loco del carnaval -pero si tú no eres de Cádiz- en el exilio. No comprendo otra forma de amar y cultivar esta pasión que desde el respeto y la humildad de aprender algo nuevo a cada paso que doy. Yo, que me descalzo al entrar en Cádiz, que me sonrojo cuando dicen de mí este es más jartible que muchos de los que hay aquí.
Negar hoy en día que el Carnaval bombardeó las murallas para expandirse, es no querer ver la realidad. Es tan grande que necesitó salir de Cádiz al Mundo. Sería injusto encerrar el arte, el Carnaval no es un cuadro en un museo, el Carnaval le grita al Mundo que Cadiz resiste. Resiste y existe.
Yo se que tu me harás un hueco en tu corazón viñero. Y, si ni así soy capaz de convencerte, te diré que en casa tienes a uno de los tuyos cometiendo un delito de alta traición a la Tacita. Yo no sé gaditanear, Don Manuel, pero para eso estás tú, para enseñarme Cádiz con tu música y tu forma de quererla.