Cuando un niño es educado suele deberse a que detrás de su comportamiento existen reglas, unos padres afanados en su educación y una seria de pilares que fundamentan la imagen que ofrece ese pequeño.
La responsabilidad de la organización en la vida es un cometido altamente complicado pues de él emana y deriva el resultado, la imagen exterior de aquello a lo que queramos aludir…
Sin embargo, en el Carnaval de Cádiz parece que estas cuestiones lógicas, evidentes y diferenciales no se entienden.
Para que el Carnaval brille y dé muestras de ser el mejor Carnaval posible es necesario que los encargados de su organización ejecuten su trabajo de forma laboriosa, concienzuda, organizada y profesional. Y todo eso exige una mirada de distancia, un trabajo previo de comunicación y sobre todo mucha responsabilidad y cariño.
El asunto de las entradas de la final ha vuelto a dejar de manifiesto que nuestro Carnaval merece más respeto, más trabajo y más cariño de parte de quienes lo organizan.
La imagen que ofrecemos al exterior cambiando el sistema de entradas para la noche más importante de nuestro concurso sin ningún tipo de explicación o información previa no ayudan a la marca ‘Carnaval de Cádiz’.
Y no entro a valorar los cambios ejecutados, que personalmente puedo compartir en el deseo de que una noche tan especial para el pueblo gaditano pueda ser disfrutada por el mismo, solo me refiero a las formas, a la improvisación, a un anuncio que llega tarde y provoca el enfado del aficionado y enciende las teorías conspiratorias de aquellos que ven manipulación en quienes antes del anuncio oficial ya habían adquirido sus entradas.
El Carnaval de Cádiz merece un respeto y un cuidado exquisito de su imagen y los primeros que deben velar por ello son los organizadores del mismo.
Si no cuidamos lo que tenemos corremos el riesgo de su desvirtuación. Para que el niño sea educado los padres deben aportarle valores y estar encima de su educación. La imagen positiva no se consigue por arte de magia sino por el celo necesario con el que deben hacerse las cosas y en eso el Carnaval de Cádiz no siempre aprueba.
No podemos ofrecer una imagen chabacana de improvisación, el Carnaval de Cádiz es muy grande, es historia, es tradición, es cultura, es uno de los elementos más valiosos del pueblo gaditano. Aprendamos de nuestros errores.