El gobierno desafinando como la comparsa chunga que es, con Pedro Sánchez impostando la voz cada vez que las cámaras le enfocan, patéticamente sobreactuado, improvisando y mascando letra. Calamitoso a ratos pero, a pesar de todo, sacando pecho con su actuación.
Fernando Simón conociendo perfectamente la espantosa tiranía de una curva exponencial, se aventuró a comentar que no tendríamos más allá de algún caso diagnosticado. Parece que alguno hubo, sí. Divertidísima su presentación. En el primer cuplé desaconsejaba la utilización de mascarillas por parte de la población sana pero inmediatamente da un giro argumental y lo remata con su uso imperativo. Cupletazo. En el segundo, prudente como siempre, pronosticaba que la cepa británica sería algo marginal. Gran tanda de cuplés.
Impagable fue ver a Díaz Ayuso con el tipo de “Ecce Mater Tua”. Enorme carcajada del respetable al abrirse el telón. Se postula como la gran favorita a la aguja de oro. Reseñable cameo de Casado ante el espejo del baño, con los puños cerrados y el rostro compungido, doliente como nadie por los españoles de España; “Va por ti, Miliki” le faltó escribir en su cuenta de instagram. La otra gran candidata al mejor tipo del año es el de la ministra de igualdad y hembra alfa, tras su posado hiper mega cool en “Vanity Fair”. Quién ha visto y quién ve a la cantera del quince-eme. ¡Cómo han evolucionado los chavales con solo unos añitos en adultos!
Centenares de miles de personas no están pudiendo despedirse de sus seres queridos, medio país en ERTE, tasas de incidencia disparadas, confinamientos, toques de queda, restricciones… pero cuando los políticos son los que tienen que salir a escena, entonces no hay problema ni para permitir los mítines en mitad del caos. En los colegios electorales se abrirán las ventanas y todo resuelto, y si hay que disfrazar de astronautas durante quince horas a los integrantes de las mesas, se hará. Con esta gente hay que morir.
Estos días Bárcenas parece dispuesto a cantar coplas antiguas y confirmar que M. Rajoy era… M. Rajoy. Y para rematar el añito, algunos mendas lerendas se saltan el protocolo con la excusa de que los viales de la vacuna dan para cinco dosis y queda un “culito” desaprovechado. Esto último confirma lo que ya sospechábamos: si los poderosos lo piden, siempre hay gente dispuesta a ponerles el culo. ¿Quién echa de menos el COAC cuando tenemos el telediario?