Pues no, no crean que es fácil conceder año tras año los Antifaces de Oro. Hablas con uno y te dice que se están dando demasiados y así el galardón pierde valor. Hablas con otro y cada cual tiene su lista particular de candidatos imprescindibles. Para quien no lo sepa contaré que se dan desde 1967. Que al principio los daba el Ayuntamiento, con mejor o peor acierto. Llegó un momento en que la Corporación Municipal delegó la facultad de designarlos a la propia Asamblea Honoraria de Antifaces, y así se quitaba de problemas.
A partir de ahí y tras muchas discusiones se fijó un baremo más o menos objetivo: hay que alcanzar veinticinco años participando en el concurso oficial, y dentro de ellos tienen prioridad aquellos que más premios hayan obtenido en su trayectoria. ¿Es o no una regla objetiva? ¿Parece justa y equitativa? Pues al final parece que no. Hay quien cree que es un premio a la fama más que a la constancia. No sería justo darle el Antifaz al que sale en la fila de delante, de una comparsa o chirigota, antes que al de atrás, por el hecho de ser más conocido. Los dos han hecho el mismo esfuerzo de ensayo, y han entregado a esta tierra y a esta fiesta el mismo tiempo, y al mismo tiempo. No sería justo darle más valor al comparsista que al corista. Repito no es un premio a quien tiene la cara más conocida. Por otro lado se la da más valor al esfuerzo que al éxito, ya que cada participación vale un punto y cada premio medio. Los premios del Falla vienen o no cada año de la mano de un jurado ocasional mejor o peor preparado.
El del Antifaz, viene una sola vez, y viene de los compañeros que más años y más premios han cosechado a lo largo de la historia. A pesar de que estas reglas objetivan la concesión, he de reconocer, que hay personajes singulares, cuyo mérito está al margen de sumas y restas, son Antifaces a los que no les vale una hoja excel para calcular cuándo se lo tienen que dar.
Desde que soy presidente he querido ser consciente de este detalle, Y he convencido a la Asamblea Honoraria, de que está para eso: para hacer soberanamente las excepciones que crea necesarias. Con ello evitaremos, si es posible, tener que reparar errores del pasado. Combinar la objetividad de los puntos con la voluntad de la asamblea, puede ser el mejor método. Aunque nunca reluzca el Oro en todas las solapas que quizás la merezcan.
Me queda felicitar a los galardonados este año. A Nene Cheza, Angelín, Joaqui, Francisco y Kiko. Todos ellos dignos merecedores de entrar en esta corte selecta. Respecto al Peña y al Cariñoso, hemos llegado tarde, pero la satisfacción de sus familias, mitiga un poco el dolor.
¡Qué más quisiera yo que con el Oro de sus Antifaces se pudiera hacer un reloj, dar las manillas hacia atrás, y volver al tiempo en que andaban entre nosotros! Así aparte de al personaje, hubiéramos premiado a la persona.