Son muchísimos los ojos que miran y opinan sobre el paso de cada agrupación por las tablas del teatro. Bastantes emisoras de radio con sus colaboradores observando y opinando de lo que le han parecido cada grupo. Entre prensa escrita y digitales cuento más de ocho con sus respectivos locutores que dictan su particular opinión y destripamiento de lo que ve en la escena.
Además hay sobre cinco o seis tablas clasificatorias paralelas al jurado oficial donde emiten su juicio propio a través de unos puntos oficiosos desglosando cada apartado al igual que el jurado oficial lo hace. Televisiones y programas online con invitados haciendo pertinentes valoraciones hacia todo aquello que se menea en el escenario.
Sumamos a éstos los observantes y oyentes que desde las redes hacen sus comentarios bien a favor o en contra. Un mundo de opiniones efímero que nace cada año al comienzo de nuestro concurso y muere sobre las diez de la mañana del día posterior a la final.
Entender que cada uno lo hace por un interés distinto es fácil de aceptar. Son pocos los que profesionalmente se dedican a esto pero todos hacen sus comentarios y veredictos como si lo fuesen. Redactores de prensa en cumplimiento de su linea editorial y para promover el interés de sus lectores. Otros para hacer los programas más dinámicos y entretenido conseguiendo más audiencia. Muchos, por el simple hecho de opinar y divertirse haciendo momentos entretenidos para los receptores del mensaje y por último los que el carnaval es su pasión y buscan su minuto de gloria.
Gente valiente y espontánea que hablan, opinan y puntúan como les parece de todo y todos los que por allí pasamos. Es muy difícil hacer una agrupación a gusto de todos. Y más difícil aún para los expuestos a examen aceptar tantas opiniones diferentes. Solo les pediría que cuando lo hagan recuerden que somos gente del pueblo y amateur que hacemos cada año lo que podemos.
La mayoría de éstas valoraciones se hacen sin duda con el corazón en la mano pero otras estrujándote el corazón.