José Manuel Braza Benítez, el 'Sheriff'.

COAC 2020

“Volví porque la chirigota del Sheriff no se podía perder”

"Los nuevos autores, Rober y Juan, me recordaron a mí cuando empezaba, tienen esas mismas ganas; han crecido conmigo como yo lo hice con Love y compañía"

Por  6:58 h.

Juan Manuel Braza Benítez es una leyenda del Carnaval de Cádiz. Y cual dios Momo, le prendieron fuego hace dos años en un Concurso del que salió calcinado. Sólo salía humo. Antes de actuar con ‘Los quitapupas, con su padre en la UCI en el hospital, tuvo que escuchar a algunos fanáticos reclamando a otra chirigota. Y dijo “me voy”. “Pensé que nunca saldría más, estaba absolutamente convencido”. Pero el veneno corre por la sangre de Caimán y sus amigos le hicieron resurgir de sus cenizas. Vuelve el sheriff de la ciudad, con dos nuevos ayudantes que le han permitido recobrar el vuelo. Esta noche de martes estrena ‘Los niños de la petróleo’ y asegura que es el mismo, pero distinto.

 

-¿Cómo se encuentra a escasas horas de su regreso?  

 

-Estoy ilusionado, con muchas ganas. Acabé muy quemado después de 33 años de Carnaval. Salí escaldado del Concurso. Recuerdo esa noche en la que dejé a mi padre en la UVI, con el disfraz en la mano en el Hospital, para cantar con ‘Los quitapupas’. Y lo primero que escuché fue ‘¿Dónde está el bizcocho?’. La responsabilidad es de los fanáticos, no de un grupo en particular, pero creo que no merezco esto. Estaba convencido de que no saldría más.

 

-Pero esta noche vuelve con ‘Los niños de la Petróleo’ ¿Por qué entonces?

 

-Pues el grupo se me plantó delante y me dijo que, o seguíamos, o se acababa todo. Y no queríamos que se perdiera la chirigota del Sheriff. Me presentaron a Rober y a Juan y con esa fuerza y esas ganas me cambiaron el chip. Me recordaron a mí hace 30 años, cuando estaba empezando. Ellos han crecido conmigo como yo crecí con la chirigota del Love. Me ayudan mucho, me quitan responsabilidad, nos aprovechamos mutuamente y me dan mi sitio y yo les doy el suyo. Les di largas a todos pero al final me convencieron. Y aquí estoy.

 

-¿Qué hubiera supuesto para el Carnaval perder a la chirigota del Sheriff?

 

-Si ha tenido algo es constancia y amor a la fiesta. Cuando salimos por primera vez con ‘Los feicios’, o luego con ‘Cara al sol’, nos dieron nuestros babuchazos. Éramos amigos de Loreto que disfrutábamos mucho. Podíamos haber terminado ahí la historia, pero seguimos y luego llegaron los frutos con ‘Los Jackson Baby’, los maños y ‘Caimán’. Y más adelante el premio de ‘Los aleluya’. Hubo ocasiones en que se pudo tirar la toalla. Nunca lo hicimos.

 

A mí es que esto me gusta mucho, sin tener idea de música. Yo hacía la melodía con los nudillos y la iba grabando, y luego si gustaba pues los músicos lo arreglaban.

 

-¿Siente que ha cambiado el ambiente en el Gran Teatro Falla?

 

-Yo en el Falla he disfrutado ganando y perdiendo, y últimamente no se disfruta ni ganando. Nos pasa a muchos, hay demasiada presión. Este año estoy muy relajado, no tengo esa presión. También he visto que por no protestar me han dado más palos de la cuenta, pero yo no voy a ir al Falla dando dos golpes, no es mi estilo.

 

“Sheriff, eso es muy antiguo, ‘pisha'”

 

-¿Ha podido sentir el apoyo de los carnavaleros en este año de descanso?

 

-Es que una antología te da mucho cariño. Además, ahora nos estamos quedando muy poquitos haciendo ese estilo de chirigota y el pasodoble chirigotero no se puede perder.

 

-Y se notan los aires nuevos también en el repertorio.

 

-Lo mejor que nos ha pasado es que han venido estos niños. Porque es un bombardeo constante de ideas. Son esponjas. De cualquier conversación sacan algo, y luego hay que plasmarlos de la forma que gusta. Yo he sido muy dejado a la hora de controlar el espacio escénico. Sólo hacía música, letra (y encima mascaba), y Rober y Juan tienen otras ideas. Han llegado a veces y me han dicho ‘Juanma, esto es muy antiguo, pisha’. Y es verdad. Era una crítica que me hacían mucho. Y este año en los ensayos le ha gustado a mucha gente, menos a mi madre y a mi suegra, que no han cogido ni la mitad. Yo les he dicho que no se preocupen, que ya les cuento unos chistecitos en Navidad. Hay que adaptarse. Es cierto que ha habido letras que han volcado el Teatro y yo ni las he entendido.

 

-El pasodoble, made in Sheriff.

 

-El pasodoble es marca de la casa. La chirigota es alegre, muy metida en el tipo, muy actual. Y luego muy local, empezando por el nombre, pues habrá gente de fuera que no sepa quién es la Petróleo. Al Carnaval de Cádiz le ha hecho grande la gente de Cádiz y la de fuera. Nosotros hicimos patria por muchísimos sitios y yo he sido muy comercial. Pero te das cuenta de que la gente lo que quiere escuchar son cosas de aquí, por eso te buscan, no un Got Talent cualquiera.

 

-¿Cómo observa el Concurso entre las chirigotas?

 

-La modalidad bien. Vienen muchos empujando con fuerza. Me ha gustado mucho el regreso del Canijo, y quiero romper una lanza en su favor y en contra de los ofendidos. Que parece que ya no se puede escribir de nada, y tenemos que apostarnos entre todos.

 

-Si echa la vista atrás, después de 33 años de Carnaval ¿Con qué se queda?

 

-Me quedo con esas ganas de Carnaval y de chirigota que me han hecho volver. Y me siento muy querido por la gente. El Carnaval me ha abierto muchas puertas y siento el cariño de los aficionados.