Si en algo se caracteriza la actividad carnavalera de
estos dos entrañables sinvergüenzas es en su notable presencia en la
calle. Los dos, juntos y por separado, son de los pocos que ofrecen
actuaciones durante toda la Fiesta hasta altas horas de la madrugada.
Ambos buscan la complicidad del público, que constantemente ofrece una
respuesta positiva, y mantienen un gran compromiso con el cachondeo.
Sin embargo, siempre han estado dispuestos a participar en todos los
concursos, y su historia en el mundo de los romanceros es bastante
dilatada.
Durante el Carnaval de Cádiz de 1989, el joven Rafael
Piñeiro, Cuqui, vio una actuación callejera que le marcó para siempre.
Se trataba del primer romancero del Ketama, El Mago y yo, en el que
salía disfrazado mitad de Mágico González, mitad de Manuel Irigoyen,
antiguo presidente del Cádiz. Ese año, Joaquín Santos, Ketama,
consiguió el máximo galardón del Concurso oficial de Romanceros, que en
aquella ocasión se celebró en La Viña. Se presentaron cuatro
participantes entre los que se encontraba, el desaparecido
recientemente, Agustín, El Chimenea. Cuqui ya había salido en alguna
ilegal y en un cuarteto, sin sentirse del todo satisfecho con la
experiencia. Pero, El Mago y yo le inspiró de tal manera que, dos
carnavales después, se decidió a sacar romancero propio, titulado Que
par de presidentes. Ambos salieron, cada uno por su cuenta, durante los
toda la década de los 90. Muchos aún recuerdan La verdadera historia de
Doña Bella (Joaquín Santos, 1990), Con las bombas que tiran los
fanfarrones el Ketama se lía los trocolones (J. S., 1996), La venganza
de un hombre llamado Ketama (J. S., 1997), Los cañones del 10 de
Antonio López (Rafael Piñeiro, 1992), o Un viaje de tiempo (R. P.,
1996).
Fue en 2002, con La verdadera historia de Ketama Bin
Laden, cuando estos dos carnavaleros incombustibles iniciaron su
andadura conjunta. En 2003, sacaron dos romanceros complementarios:
Todo lo que termina en ando, menos trabajando, y Se acerca el fin del
mundo, el Ketama trabajando, con el que obtuvieron el tercer premio en
el concurso oficial. El señor de los ladrillos fue el titulo del
romancero de 2004, que les dio el tercer premio en el concurso oficial
y el primero en el certamen de Puerto Real. Al año siguiente, sacaron
La verdadera historia de mis almorranas. Cuqui recuerda que, durante
aquel Carnaval, había una pareja que huía cada vez que se encontraba
con ellos porque el Ketama había estado más de hora y media hablándole
a la mujer de su enrojecido problema, que no era sólo parte del tipo.
En 2006, le toco el turno a Torrente 3 – Ketama 4. Y 2007 fue el último
año que salieron juntos con Corporación destroctética, uno de sus
números más reconocidos, con el que obtuvieron el tercer premio en el
Teatro Falla y el primero en La Viña. «En el concurso del Falla el
Ketama estaba super nervioso, se olvidaba de las letras, y casi se
saltó unas cuantas cuartetas, pero al final salimos victoriosos, con el
tercer premio», comenta Piñeiro.
La pluma de Cuqui sumada a la gran interpretación y el
desparpajo del Ketama han llevado a la pareja a cosechar grandes éxitos
que han provocado que muchos los busquen por las calles gaditanas
durante los días de Carnaval. Este año, volverán al combate.
Ya se ecuchan voces que aclaman la vuelta conjunta de Cuqui y Ketama.