
A la quinta fue la vencida, pero en sentido negativo. A priori, la función de anoche en el Gran Teatro era una de las que presentaba un cartel menos atractivo, pesimistas augurios que terminaron confirmándose posteriormente sobre las tablas. Abrió telón el coro de Luis Rivero y su actuación fue lo más brillante de la velada. Ha mantenido el nivel y viene con la misma fuerza y frescura que en 2010. A partir de ahí solo un par de detalles. Por un lado, los simpáticos protagonizados por la chirigota ‘Los que se mojan de verdad’ y los de genio y raza que llegaron de la mano de ‘Las rosas negras’.