Un certamen cíclico en el que se intercambian los papeles

Por  7:47 h.

Hace unos años, concretamente en el Carnaval de 2005, la chirigota del Canijo se presentó en el certamen con Los que salimos por gusto. Ganó de calle y aún se recuerda el guiño que lanzaban a Cádiz en el final del popurrí. Ese recurso se ha convertido casi en indispensable para ganarse al público. En 2006 lo empleó la chirigota sevillana Esto es pa verlo y puso al respetable en pie, lo que siempre condiciona, en cierta medida, al propio jurado, pues no en vano se metieron en la Gran Final. Ahora, con el boom de agrupaciones foráneas, todo el mundo aprovecha la última cuarteta para piropear a una ciudad que en la mayoría de los casos sólo han visto por fotos. Sucedió en clasificatorias con Los que vienen a tirar del carro de Santoña, que, tras su actuación fueron despedidos al grito de «chirigota, chirigota». Sin embargo, las hay con una mayor calidad que apenas reciben el refrendo popular. Ocurrió el martes con El Yuyu. Evidentemente, los emires no son el mayor pelotazo de José Guerrero, aunque mejor que los de Santoña seguro que son. Pero el personal no reacciona con el mismo cariño, ni les aclama de la misma manera. A Yuyu y a otros tantos no les queda otra que introducir una cuarteta de peloteo al final del popurrí, o pensar, simplemente, que algo está pasando en este certamen cíclico en el que se están intercambiando los papeles.